primera cita

39 7 7
                                    

                     

Después del Gran Premio de Hungría, el ambiente entre Charles y Max seguía cargado, pero esta vez no solo por la competitividad. Ambos habían sentido cómo la tensión de su "rivalidad" se transformaba en algo más, algo que ninguno se atrevía a nombrar

Unos días después de la carrera, Charles se encontraba de nuevo en Mónaco, intentando relajarse después de una sesión de gimnasio. Mientras se preparaba una cena ligera, su teléfono vibró en la encimera. Era un mensaje de Max

Max: ¿Qué haces este fin de semana?

Charles arqueó una ceja, extrañado por la informalidad del mensaje. No era algo que Max soliera preguntar

Charles: Supongo que descansar un poco. ¿Por qué?

La respuesta de Max llegó rápido.

Max: Estaré en Montecarlo. Pensé que podríamos vernos... fuera de la pista esta vez

Charles se quedó mirando el mensaje, sorprendido. Sabía que la relación con Max había cambiado, pero una invitación como esa... era un nuevo territorio.

Charles: ¿Y qué propones?

Hubo una pausa antes de la respuesta de Max, como si el holandés estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras.

Max: Cena. Solo tú y yo. ¿Te parece?

Charles sintió una mezcla de nervios y curiosidad. No podía evitar preguntarse si esto realmente era lo que parecía, o si Max simplemente estaba buscando otra excusa para desafiarlo, pero esta vez en un entorno más personal.

Charles: ¿Estás invitándome a una cita, Max?

Max: Digamos que quiero verte fuera de esa maldita parrilla de salida por una vez

Charles sonrió, su corazón latiendo un poco más rápido. Sabía que aceptar cambiaría todo entre ellos, pero parte de él estaba intrigado por ver a dónde los llevaría esa nueva dinámica

Charles: Está bien. Dime cuándo y dónde

Max: Te recogeré el sábado. A las 8

El sábado llegó más rápido de lo que Charles había anticipado. A medida que se acercaba la hora, se sintió extrañamente nervioso, algo que rara vez le ocurría antes de una carrera, pero ahora, con esta cita, todo era diferente. Cuando el reloj marcó las ocho en punto, escuchó el timbre. Se miró rápidamente en el espejo, ajustando su chaqueta antes de abrir la puerta

—¿Listo? —preguntó Max, sus ojos brillando con una mezcla de confianza y algo más

Charles asintió, sin poder evitar sonreír ante la situación surrealista. Ambos subieron al coche de Max, y mientras conducían por las calles iluminadas de Montecarlo, Charles no pudo evitar pensar que esta noche marcaría un antes y un después

La conversación fluía fácilmente, lejos de la presión de las carreras. Hablaban de sus vidas fuera del circuito, de sus gustos, de sus familias. Para Charles, era como ver a un lado de Max que muy pocos conocían, y se dio cuenta de que disfrutaba de su compañía más de lo que había esperado

Cuando llegaron al restaurante, un pequeño lugar con vista al puerto, Max lo miró y dijo con una sonrisa juguetona:

—Espero que esta vez no sea una competencia

Charles rió, relajándose por completo

—No te preocupes, creo que esta noche no necesito ganarte en nada

Ambos compartieron una mirada que dijo más de lo que cualquiera de los dos podía poner en palabras. Sabían que su relación estaba cambiando, y aunque ninguno de los dos sabía exactamente a dónde los llevaría, ambos estaban dispuestos a descubrirlo

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 10 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Rivales en la pista, complices del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora