Como un perrito

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En un intento de alcanzarla, lancé mi mano adentrandola en el portal, su talón izquierdo deslizó sobre mi mano, procuré atraparla antes de perderla, toqué algo suave que sin dudar sostuve con fuerza y senti sus pies escabullirse lejos de mi mano, fue en vano, jalé mi brazo como si de fuego se tratase, con rapidez  inhumana y me sobresalté brevemente. El portal se habia cerrado.

Al obsevar lo que pesqué me doy cuenta que es la tobillera de color cyan oscuro de Zoe, bufé sin muchos ánimos y la deposité en uno de mis bolsillos.


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Zoe continuó sus quehaceres como aspecto del crepúsculo, como por ejemplo: juguetear con yordles ocasionalmente y no descifrar el mensaje que debía entregar y que además era muy importante. Es así, como los días se consumieron. Uno de esos tantos días se decidió por visitar a su querido dragón espacial, a veces platicaba de lo que sea y él solo escucharía sin mucha atención, al menos ser escuchada era divertido, aunque no tanto como ella desearía que fuera. 

-No puedes esperar a que alguien reaccione como tu esperas, Zoe.- Soltó el ser cósmico.

"Lo sé..." Zoe suspiró.

-Ahora puedes retirarte, ese consejo fue suficiente.-

-¡Eres muy aguafiestas cachorrito espacial! Solo te pido...-

"Una, dos, tres..." Zoe muestra muy ansiosa tres dedos, cada uno representando una voluntad y aspiración a ser cumplida.

-¡Tres! ¡Tres consejos más! ¿Eh? Ó solo cinco, porque tres es muy poco ¿eh? ¡Vamos ,dragón espacial!

-Ya veremos eso, Zoe.-

El forjador de estrellas se acerco al aspecto que se encontraba en su característico portal con la mitad de su cuerpo sobresaliendo. Aspiro lo que parecía ser el vacio del universo y expulso con fuerza, la mesura cósmica salio con velocidad, empujando a Zoe dentro del portal y cerrándolo.

-¡Perdón! ¡Espera! Prefieres jugar, ¿no? ¡Disculpaaa!-

Aurelion Sol suspira, no mas Zoe por hoy.

Zoe dio tres vueltas sobre el cesped antes de quedar inconsciente por unos cuantos segundos.

-¡Ay, ay! Que aburrido es  el dragón espacial, pero ya aprenderá, la próxima vez no le daré premio, ¡uhm!-

"¡Que hambrienta estoy! Un pastel lunar de chocolate me entraría muuuuyy bien." 

Miró a sus alrededores con mucha curiosidad, y al percatarse de energía espiritual, se aseguro a si misma que se encontraba en Runaterra, mas específicamente en las primeras tierras, o como era conocida ahora, Jonia, mariposas de colores nunca antes detectados por mortales aleteaban, tintineaban como estrellas, Zoe se encontraba fascinada,  sus mejillas se impregnaron de un rubor leve, casi rosado, que resaltaba su piel brillante.

En solo ese jugueteo con Aurelion Sol, meses transcurrieron, Kayn, el mismo día que Zoe se confesó, ya había guardado la particular tobillera de Zoe en un armario, en el último cajón, al regresar al templo de su orden el muchacho no dejo que el suceso perturbara su mente, asi que para él, esa prenda no existía, y se dispuso a merendar.

¿Donde estará ella ahora? Esa preguntaba ni se asomaba por la cabeza del moreno.

Shieda se encontraba organizando su cuarto, empacando objetos personales, no poseía muchos, solo lo necesario, su maestro había ordenado recorrer tierras lejanas y adentrarse en el bosque joniano raramente explorado, por lo tanto tendrían que acampar, era necesario encontrar nuevos puntos de visión y zonas estratégicas para cuandos los noxianos decidieran atacar solo para infundir terror.

kayn x zoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora