Dos mundos que no se deberían ver. Pero que por alguna razón dos chicas logran conocerlo y hacer que otros lo vean.
Lily y Julie eran mejores amigas desde que eran bebes, siempre juntas en todo.
¿Qué pasará cuando todo cambie?
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¿Alguna vez se han preguntado quien será la persona con la cual pasaras el resto de tu vida?
Pues yo sí, pienso casi todos los días quien será la persona que me amará y me alegrará los días en mi futuro, si es que peleare mucho o si tendremos una relación calmada. Si es que tendremos hijos si nuestras familias se llevaran bien. Aunque también pienso si es que habrá alguna persona en realidad, si es que alguien en verdad me amará.
Veo a mi Mamá y el cómo terminó su relación, y espero que eso no pase, por otro lado, veo a mi papá y a su nuevo esposo y tampoco quiero que eso pase. Pero al ver al padre de mi amiga Julie y su amorosa relación con su fallecida esposa mis expectativas en el amor no se desvanecen, ellos sí que se amaban, eran tan amorosos los unos con el otro, que te daban ganas de vomitar de la ternura. Pero lamentablemente tampoco quiero terminar como ellos.
El amor nunca es perfecto eso lo sé bien, pero espero que lo que me espera tampoco sea el peor.
- Georgina por el amor de dios apúrate! - El grito de gallo de mi madre diciéndome que me apurara no solo me irrito, sino que también me puso en marcha, tenía escuela así que debía apurarme, pero yo nunca llegaba tarde así que no sé porque me apura.
- Ya voy mamá por el amor de dios! - Aunque siempre que me grita yo también lo hago, no de forma rebelde así monstruosa, pero si para enojarla un poco.
Nuestra relación estaba bien, no éramos muy unidas, pero éramos madre e hija, siempre.
Bajando la escalera de mi casa con uno de mis audífonos puestos escuchaba uno de mis grupos favoritos, ONE DIRECTION, si se, se separaron, pero y que, siguen siendo buenísimos y su música nunca se morirá.
Cantando everybody wanna still my girl salté el último escalón, la música viajaba por mi cuerpo, la voz de mis amores pasaba por mis oídos como ángeles y me hacían mover la cabeza con ritmo, aun estando así pasando por la cocina donde estaba mi madre comiendo su desayuno, me le acerque cantándole, ella solo rodo los ojos y siguió comiendo, ella no aprecia mucho que cante en las mañanas, o en las tardes, bueno todo el día, pero lo hago igual, recogí una manzana verde no me gustaban tanto pero eran las que habían.
- Georgina por favor cállate, no quiero tener migraña a esta hora - Mi madre tan amorosa me calló.
- Mamá no seas aguafiestas, cantar hace bien te limpia el alma, deberías intentarlo sabes te haría muy bien, últimamente tienes muy malas energías - Le dije con una sonrisa burlona mientras limpiaba mi manzana en el fregadero.
No me respondió, me di vuelta extrañada de que no me contestara de vuelta, pero después supe el porqué, no estaba, rodé los ojos odiaba cuando hacia eso, escuche como la puerta de entrada se abría y se cerraba, se había ido de verdad no solo de la cocina, ni se despidió, agh que inmadura.
Yo también me tenía que ir, salí de mi casita con un poco de frio, en las mañanas siempre hacía frio, pero en las tardes un calor infernal, así que no me ponía tantas cosas, para que después no tenga que cargarlas todas.
