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A medida que avanzábamos por la casa embrujada, la atmósfera se volvía cada vez más intensa. Las sombras se alargaban y las risas se mezclaban con susurros escalofriantes. Cada esquina nos deparaba una sorpresa, ya fuera un animatronic que saltaba de repente o un efecto de sonido que parecía venir de la nada. Sin embargo, entre todo el alboroto, un aire de inquietud se apoderaba de mí.
—¿No crees q-que esto es un p-poco... r-raro? —le susurré a Luke mientras cruzábamos una habitación llena de espejos rotos. Su rostro reflejaba tanto miedo como emoción.
—¿Raro? ¡Es perfecto! —respondió, sonriendo. -¿No es eso lo que se supone que debe ser Halloween?
Sonreí a pesar de mi creciente inquietud. En realidad, me estaba divirtiendo más de lo que había esperado. Las risas de mis amigos me animaban, y durante un momento, me olvidé completamente de la pelea con Jake. Pero justo cuando comenzaba a relajarme, una figura oscura emergió de la nada, haciéndome gritar.
—¡Dios! —exclamé, dándome la vuelta para buscar refugio detrás de Hanna.
—¡Es solo un actor! —se rió ella-. Relájate, Finn. ¡Es parte del show!
Después de superar ese pequeño susto, continuamos nuestra aventura. La casa estaba llena de detalles escalofriantes, desde ruidos inexplicables hasta escenas aterradoras. Sin embargo, a medida que nos acercábamos al final del recorrido, noté que algo no estaba bien.
—¿A-alguien más s-siente e-eso? —pregunté, mirando a mis amigos. Todos se veían emocionados, pero había una sensación extraña en el aire, como si algo estuviera a punto de suceder.
—¿Sentir qué? —preguntó Caleb, alzando una ceja.
—No sé... c-como si a-alguien nos e-estuviera o-observando. —Miré a mi alrededor, la oscuridad parecía más densa de lo normal.
—¡Deja de asustar a todos! —bromeó Ryan, pero su risa no sonaba tan convincente.
Finalmente, llegamos a la última habitación, que era la más oscura de todas. Un grupo de personas estaba reunido allí, esperando el gran final de la atracción. Nos unimos a ellos, y un murmullo de emoción recorrió el aire. En el centro de la habitación, una figura encapuchada se presentó.
—Bienvenidos a la parte final de la atracción. ¿Están listos para enfrentar sus miedos? —dijo, su voz resonando en la oscuridad.
Justo en ese momento, las luces comenzaron a parpadear, y un sonido ensordecedor llenó la habitación. La figura encapuchada con una máscara levantó un brazo, y de repente, una lluvia de efectos especiales, luces y sonidos se desató, creando una atmósfera de caos.
Las risas se transformaron en gritos y, sin pensarlo dos veces, tomé la mano de Maddie y tiré de ella hacia la salida.
—¡Vamos! —grité, mientras la multitud empezaba a moverse hacia la salida.
A medida que nos apresurábamos hacia la puerta, un pánico repentino llenó la habitación. El aire se tornó pesado, y sentí que algo oscuro se acercaba detrás de nosotros. Con cada paso que daba, la ansiedad crecía. Finalmente, alcanzamos la salida y salimos al aire fresco de la noche.
Respiré hondo, tratando de calmar mi corazón desbocado.
—¿Estás bien? —preguntó Alex, mirándome con preocupación.
—Sí... s-solo fue un p-poco a-abrumador. —Me reí nerviosamente, intentando restarle importancia. Pero en el fondo, sabía que había algo más.
—¡Eso fue increíble! -exclamó Liam, recuperándose rápidamente de la experiencia. —¡Debemos hacerlo de nuevo!
Todos comenzaron a reír y a compartir sus momentos favoritos de la atracción, pero yo seguía sintiendo que algo no estaba bien. Me alejé un poco del grupo, buscando un lugar tranquilo para organizar mis pensamientos.
Fue entonces cuando lo vi. Jake estaba apoyado contra un árbol cercano, con una expresión burlona en su rostro. Su presencia era suficiente para hacer que la tensión regresara a mi pecho.
—¿Te asustaste, Grayson? —preguntó, riéndose. -Debes ser el único que grita en una casa embrujada.
Sentí la ira hervir en mí, pero también una parte de mí quería ignorarlo, al igual que había hecho durante la noche. Sin embargo, la incomodidad que sentía no me dejaba en paz.
—No te i-importa —respondí con firmeza, tratando de mantener la compostura.
Pero antes de que pudiera seguir, Jake se acercó un poco más, y una chispa de desafío brilló en su mirada.
—Quizás te asustó la idea de estar aquí. Quizás eres el único que realmente siente que no encaja —dijo con desdén.
Justo cuando estaba a punto de contestarle, Maddie se interpuso entre nosotros, con una mirada decidida.
—¿Por qué no te largas, Jake? No tienes nada mejor que hacer que molestar a los demás. —Su voz era clara y firme.
La sorpresa se reflejó en el rostro de Jake, y por un instante, su burla se desvaneció. No podía evitar sentirme agradecido por Maddie en ese momento. Su valentía me dio fuerzas.
—Vamos, Finney. —Ella me tomó de la mano y comenzamos a alejarnos-. No vale la pena.
A medida que nos alejábamos, sentí una mezcla de alivio y confusión. Tal vez esta noche había sido un giro inesperado, pero al menos tenía a Maddie y a mis amigos a mi lado.
Y con eso, decidí que no iba a dejar que Jake o nadie me afectara. Era el momento de disfrutar de la noche y de la compañía de las personas que realmente importaban.
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