Rupha 2 extra.

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La noche había caído muy rápido. La herida ya había parado de sangrar y Chiquita ya se había ido a su habitación. Eran cerca de las once de la noche y Ruka aún no había vuelto, pharita comenzaba a asustarse, hasta que la chica entró y le dedicó una sonrisa algo débil.

-Hola, Pharita.

-Hola, ¿cómo estás? ¿ocurrió algo?

-No, sólo me hice una herida en el brazo. Pero suelo sangrar mucho.

Al escuchar eso, pharita se arrepintió de haberse hecho la herida a propósito. El cuerpo de pharita era realmente rápido curando heridas, jamás tuvo problemas con ellas. Con esa herida, sólo le había dolido al inicio, y apenas sangró unos segundos. Ruka, por otro lado, se veía incluso pálida, la venda que aún tenía Ruka en su brazo estaba realmente llena para la delgada herida que era. Pharita inmediatamente fue al baño y sacó algunos paños y agua. Al volver, Ruka estaba acomodada en la cama, sobre su brazo derecho.

-¿Duele? -preguntó pharita, sentándose al lado de Ruka.

-Algo. -contestó ella, sentándose a su lado- ¿Qué es eso?

-Tu venda está algo sucia. Te voy a limpiar la herida.

Ruka se acomodó su largo y castaño cabello hacia atrás y dejó que pharita se encargara. La chica se acomodó delante de Ruka, entre sus piernas y comenzó a deshacer el nudo mal hecho de la venda. Con cuidado, comenzó a limpiar con los paños alrededor de la larga herida, cada ligero golpe que daba hacía que ella misma sintiera punzadas en el lugar exacto donde lo hacía, confirmando las pocas sospechas que le quedaban. Se había puesto una blusa de manga larga, para que la castaña no se diera cuenta por sí misma. Pharita aún no sabía cómo sacar el tema.

Ruka observaba lo minuciosa que pharita estaba siendo mientras limpiaba su herida. Juraría que estaba demasiado cerca, pero realmente no le molestaba. Su respiración se agitó un poco al sentirla tan cerca. Le había comentado a Ahyeon lo que había pasado por la tarde, cuando saludó a pharita, la felicidad que se apoderó de ella cuando la tocó, sus piernas temblaban y su única y misteriosa cicatriz ardía con fuerza. Pero esta nueva herida no sabía cómo había sucedido, simplemente sintió una gota de sangre recorrer su brazo y el dolor comenzó a hacer su efecto. Intentaba buscar alguna pista en el brazo de pharita, pero debido a su larga y holgada blusa, no pudo encontrar nada.

-Lo siento. -escuchó a la pelinegra decir.

Ruka la miró extrañada, por primera vez capturando su mirada.

-¿Por qué?

Pharita se levantó la larga manga izquierda, dando a conocer una perfecta réplica de lo que había estado ayudando a limpiar. Ruka veía la herida en el brazo de pharita, aún sin procesarlo del todo, sabía perfectamente lo que significaba. Ambas lo sabían. Cuando pharita terminó de vendar la herida de Ruka, Ruka se abalanzó sobre pharita.

Y ahí comenzó. Una ráfaga de sentimientos se adueñó de sus cuerpos. Ambas sentían su corazón salir, su pecho subir a bajar y comenzaron, por alguna extraña razón, a llorar. Las heridas comenzaban a arder ligeramente. Miles de mariposas revoloteaban en sus estómagos. Finalmente,  Ruka se separó y pegó su frente con la de pharita.

-Realmente no puedo creer que tú me hayas hecho esa herida en el muslo, tienes que darme una explicación.

Pharita rio.

-Luego te lo contaré,  Ruru. -depositó un beso en la frente de la castaña.

-Me hiciste pasar vergüenza en el colegio, pharita. Todos pensaron que me había llegado la regla o algo así.

-Lo siento, no era mi intención. De haber sabido que las almas gemelas existían, hubiera salido todos los días cubierta en almohadas, y tú ya te habías hecho otros veinte alrededor. Mis padres incluso me llevaron al hospital pensando que mis piernas habían dejado de funcionar o algo así.

Ambas rieron ante la confesión de Ruka. Era cierto, pharita era muy brusca jugando y solía hacerse un millón de rasguños, raspones y moretones, era sorprendente que sólo tuviera una cicatriz.

-Bueno, Ruka, es hora de dormir. Mañana te ayudaré a acomodar el resto de tus cosas y saldremos por ahí. -dijo pharita, recostando a la chica en la cama. Acomodó una almohadilla al lado del brazo herido de Ruka y se pasó al lado contrario.

Ruka volteó su cara hacia pharita, quedando frente a frente, de nuevo. Quedando ambas en silencio, bajo la luz de la luna, que solamente iluminaba sus rostros.

-Te estuve esperando. -susurró Ruka.

-Yo a ti no-confesó pharita-. Pero eres una bonita sorpresa.

Silencio. Ambas intentaron dormir. Pharita se mantuvo despierta por un rato más.

-En realidad, eres la más bonita sorpresa que pude haber tenido. -musitó, acercándose lentamente a los labios de Ruka, besándolos con sutileza.

Sorprendiéndola de nuevo, Ruka respondió a su beso.

-¿Riri?

¿Si?

-Te quiero
 


Bueno por si aún  no la escuchan allí está Click clack y love maybe el adelanto. Este es un capítulo esclusivo rupha  y hasta aquí bay.

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Almas gemelas 🥰👻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora