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Nicki:

Acá estaba, esperando que sea la hora de salir para el estudio, tenía unas increíbles ganas de ver a mis amigos y por supuesto, mi amiga.

Apenas se hizo hora pico, salí.
En el auto me enrolle pensando en cosas de la vida, como el por que de mi existencia.

Al llegar supe que Maria estaba ahí por que vi su auto estacionado, así así estacione el mio junto al suyo y baje, dispuesta a enfrentar una situación rara.

Y así fue, siempre que nos veíamos actuabamos raro, como si nuestros encuentros fuesen el juego de "quien provoca más a la otra" o "quien crea más tensión en el ambiente".
Raro, lo se.

La interacción desde que la pantalla de su celular indicó la llamada de Tomas fue incomoda, cincluso rozaba la hostil.

Por algún motivo desconocido, me molesto que recibiese esa llamada. Supuestamente había terminado todo mal entre ellos.
Nuestro encuentro en el baño fue inusual, su cara cerca de la mía, nuestras narices rozando y la forma en la que me estaba hablando, me tentaba a hacer algo más que hablarle. Claramente había cosas que no me lo permitían, como el hecho de tener pareja, con la cual me estoy sintiendo muy mal.

Tenía muchísimas ganas de poder mandar todo a la mierda, pero simplemente no podía y tampoco lo iba a hacer, era poner muchas cosas en juego y yo no me atrevía a eso.

(...)

Raramente no volvimos a hablar ni ver, hasta hoy a la noche, que se estrenaba ENR y habíamos organizado una joda en una casa quinta enorme.
Algo me decía que nuestro reencuentro se saldría un poco de control, pero tampoco soy quien para evitar que algo pase, así que deje que mi día fluyera hasta la hora de empezar a prepararme.

Desde que planeamos la joda, nos habíamos puesto de acuerdo para ir todos de blanco y yo como siempre, lo deje para último momento. Mientras esperaba que el resto de el pelo se me secara, me puse a buscar algo blanco en mi armario.

Gracias a dios encontré ropa que había usado en uno de mis tantos shows.
Pollera, corset y botas de cuerina blanca, todas hechas a medida, por lo que, me quedaban perfectas.

Me hice un maquillaje rápido, pero que me durase toda la noche. Prepare mi cartera y un bolso, ya que probablemente me quedase a dormir, busque un buzo por si me agarraba frío.

Después de tanto correr, escuche la bocina de Matti, quien me esperaba abajo para llevarme y después irse, ya que tenía cosas que hacer.

En el auto hablamos como de costumbre, le contaba cosas e ideas que surgían en mi día a día y hablábamos de trabajo u otras cosas.

Al llegar, me despedí rápidamente de el y me adentre al lugar del evento, nadie. Veía a los del Catherine caminar de un lado a otro, pero no mucho más.

Mire de un lado hacia otro, en busca de alguno de mis amigos, pero fue un caso perdido, tanto me había apuntado y al final llegue temprano.
No quedo más remedio que quedarme sentada en una de las mesas del salón, esperando que alguno se digne a llegar.

Y obviamente no tuve que esperar mucho, por que en poco tiempo el lugar empezó a llenarse de personas.
Aun no llegaba Maria, me ansiaba verla, pero tampoco quería ser yo quien le pidiese disculpas por quien sabe que.

-- Amiga voy a buscar algo para tomar, ya vuelvo - le dije a Emi quien bailaba con Mauro a mi lado

-- Dale boluda, tráeme algo

Me acerque y le pedí dos tragos al bartender, uno para mi y otro para Emi. Me sente en uno de los banquitos mientras miraba como el chico preparaba los tragos. Al estar sentada en un lugar donde se veía todo gire la cabeza para tener visión sobre la gente que se encontraba en el lugar, y si, me encontré con lo peor. Mis ojos se cruzaron casualmente con los de Maria, quien recientemente entraba. Su mirada me transmitió una mezcla de confusión, felicidad y a la vez euforia.

Un secreto entre nosotras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora