06.- Asper

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—Debe haber un modo de contactar con Snape

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—Debe haber un modo de contactar con Snape.– dijo Harry más que harto de la situación con el Ministerio.



—La verdad es que...– dijo Kingsley Shacklebolt, ministro del mundo mágico tras la Guerra. —A nadie le importo preguntar, dado que se iba con Draco Malfoy. Además de que es un héroe de guerra, pero mucha de su habilidad como pocionista quedo arruinada por culpa del veneno de esa serpiente que lo ataco.



—¿Qué?



Harry miro con asombro al ministro, él no sabía nada de esto. Snape amaba hacer pociones, eso era su vida y perder su habilidad debió ser un duro golpe para el mago, pero lo que le alarma sobremanera era que entonces, Draco, el mortífago más odiado por algunos Weasley se había convertido en la única esperanza de vida de George.



—No es del conocimiento público obviamente. Pero...



—Debe haber una manera de localizarlo, es decir alguno de sus amigos...



Shacklebolt enarco una ceja.



—Ninguno de ellos vive en Inglaterra, de los que quedaron con vida y dudo mucho que repentinamente quieran cooperar con el Ministerio si saben que lo estamos buscando.



Potter sabía que eso era verdad. Ninguno de ellos le diría donde encontrar a Malfoy. No por las buenas al menos.



—Debemos hacer lo necesario para encontrarlo, ministro. La vida de George Weasley depende de eso.



Harry salió de la oficina, dispuesto a encontrar una solución a aquello de un modo u otro. No era posible que solo Malfoy pudiera salvar a George.



Además, después de la boda, Ginny estaba actuando de una manera muy extraña, parecía una demente en cuanto alguien mencionaba a Dra... Malfoy. Su magia se tornaba agresiva en su contra, eso era raro y nadie decía nada, ni hacia nada por ayudarla, era comprensible dada la situación de George, Molly ya tenía mucho sobre sus hombros y Arthur estaba en la misma posición, Billy con problemas con Fleur, Charlie en Rumania, Percy en el Ministerio, Ron no era de mucha ayuda, pues los pantalones de la relación los llevaba Hermione y ella era incondicional de Ginevra. Su jodida vida era un caos y por una sola vez, quería ser débil y dejar que alguien cuidara de él, pero como toda su vida, estaba solo.


 Su jodida vida era un caos y por una sola vez, quería ser débil y dejar que alguien cuidara de él, pero como toda su vida, estaba solo

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Draco sintió la amenaza casi de inmediato, su magia se revolvía protectora en torno a Zero Kiryuu, ya no podía seguírselo negando, Zero era su otra mitad, el complemento que la Madre Magia le había dado, único y perfecto solo para él.



—Quédate atrás de mí.– ordeno Zero desenfundando la Bloody Rose.



Si como no; pensó Malfoy con acidez, como si quedarse tras él fuera algo posible.



Eran Vampiros los que los estaban atacando, eran nivel E, pero liderados por alguien más; pensó el cazador que podía sentir la preocupación de que algo le pasara a Draco Malfoy. Ese hombre solo era un profesor, no estaba preparado para hacer frente a eso.



Entraron tres vampiros casi de inmediato, criaturas desfiguradas sedientas de sangre, Zero disparo sobre ellas, pero entraron más y más, era como si todo el lugar estuviera rodeado de esos seres, así que Zero dio por sentado que sería muy difícil salir de allí, al menos, completos.



Los pensamientos de Draco iban a la par, sabía que tenía poco tiempo para tomar una decisión, pero sabía que eso solo era una pérdida de tiempo su magia ya había tomado la decisión por él.



—Sostente fuerte– ordeno el rubio y sin dudarlo sintió el tirón de la aparición y con él arrastro al cazador que no tuvo tiempo de refutar la orden.



Cuando Zero volvió a abrir los ojos, estaba en la habitación del rubio, lo cual era imposible... Ellos estaban en los establos afuera se oía la trifulca de gritos, disparos y gruñidos, si darle tiempo a Zero de salir por la puerta pues esa era su intención. Lo petrifico, Draco sabía que esa mirada asesina que le dirigía el peliplata le traería muchos problemas después, pero de momento, solo quería que se quedara en ese lugar que era seguro gracias a su magia y la de Severus.



—Te prometo que te lo explicaré todo, pero debo ver que Severus esté bien, también me ocuparé de tus hermanos, pero si te dejo salir de aquí, mi magia no va a responder porque estará protegiéndote a ti y eso es peligroso para ambos. Después de que hablemos dejaré que te vayas y me odies por esto.



Zero podía ver el infinito dolor en los ojos grises al pensar que él lo odiaba. Y aunque deseaba patearlo y mandarlo a la mierda por lo que sea que le estaba haciendo, no lo odiaba, deseaba decírselo y que esos preciosos ojos de plata liquidan volvieran a brillar.




El rubio salió de la habitación sellándola por si acaso. Corrió en dirección al alboroto y pudo ver a Severus que ayudaba a un pelinegro de parche.



De alguna manera su magia era mucho más efectiva y desde luego no tenía que ver con que fuera un Sangre Pura, lo más probable es que fuera porque había aceptado con total sinceridad que Zero era su pareja.



A su paso los vampiros que trataban de atacarlo se desintegraban, su magia estaba siendo agresiva porque sentía que su pareja estaba en peligro, incluso podía ver como se deshacían como polvo ante él. Era mucho poder, ahora entendía los motivos por lo cual los antiguos magos partieron en busca de su pareja, el poder de Merlín... Podía sentir como todo el mundo estaría a sus pies. Incluso el Mundo Mágico sucumbiría a su poder y se alzaría un nuevo Señor Oscuro, más terrible, más poderoso, la venganza caería contra aquellos que lo trataron como basura...



Pero tras todos esos planes de muerte, vio en riesgo lo más querido para él, Zero estaría en riesgo, los magos y muggles todos intentarían siempre hacerle daño para destruirlo a él... Nunca podría poner a Zero en riesgo. Porque era su mitad, era más importante de lo que fue todo en su vida.



¿Cómo podía eso ser posible si no tenía tanto de conocerlo? ¿Dónde estaba el amor por Harry? ¿Dónde estaba el corazón destrozado con el que llego a esa Academia?



—Esto no es precisamente mantener el secreto– dijo la voz ronca del pelinegro que llego a su lado con Severus.



—Sabes que puedo arreglar esto Yagari, así que deja a mi ahijado en paz.



—Así que este es el famoso, Draco Malfoy del que tanto me has hablado, Severus.



Draco fue arrancado de sus pensamientos al ver como él solo había terminado con la amenaza. Pero lo que más le extraño fue la manera como Severus se ruborizo ante la mirada azul eléctrico del ojo de ese hombre, así que su padrino también le guardaba algunos secretos.

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⏰ Última actualización: Oct 06 ⏰

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