Bajo un cielo azul brillante, tn, Aether, y Paimon caminaban por un camino de adoquines que los conducía directamente hacia la majestuosa nación de Fontaine, la tierra de Hydro. El sonido suave del agua corriendo por fuentes ornamentadas y los reflejos del sol sobre los canales le daban a todo un aire de elegancia, casi etérea. Aether, aún con la determinación de encontrar a su hermana, parecía algo más relajado mientras admiraba el paisaje, y Paimon, como de costumbre, volaba a su alrededor con entusiasmo.
Paimon: ¡Wow, esto es increíble! -exclamó moviendo los brazos como si quisiera abarcar toda la vista- ¡Fontaine es tan diferente a las otras naciones! ¡Es tan... artística!
Tn caminaba al lado de Aether, sonriendo ligeramente ante los comentarios de Paimon, mientras observaba cómo los ciudadanos de Fontaine se movían con una gracia natural. La arquitectura de la ciudad estaba llena de detalles artísticos y elaborados, como si cada edificio fuera una obra de arte por derecho propio. Parecía que el tiempo se movía más lentamente aquí, con una calma que contrastaba con la urgencia de su misión.
TN: Fontaine ciertamente tiene un aire distinto -comentó mirando los canales que serpenteaban entre las calles- Es como si todo aquí fuera parte de un espectáculo continuo.
Aether asintió, pero su mirada seguía siendo cautelosa. Aunque estaban aquí para investigar y buscar pistas sobre su hermana, era evidente que la curiosidad también lo había atrapado.
Aether: Deberíamos aprovechar y aprender más de esta nación. Quizás encontremos alguna pista importante mientras exploramos -dijo con una leve sonrisa.
Paimon: ¡Sí, sí! ¡Y mientras tanto, Paimon puede probar algunos de esos deliciosos postres que hemos visto en las tiendas! -agregó Paimon, ya imaginándose disfrutando de dulces únicos.
Mientras los tres continuaban su camino, pasando por mercados bulliciosos y observando a los artistas callejeros que llenaban de color cada rincón, sus pasos los llevaron hacia una plaza más tranquila. Justo en el centro, una pareja de artistas captaba la atención de todos: un joven con un sombrero de copa y una sonrisa encantadora, acompañado por una joven que, a pesar de su expresión seria, irradiaba una calma cautivadora. Ambos se movían con una elegancia sobrenatural, como si cada paso fuera parte de una coreografía invisible.
El joven se acercó primero, haciendo una pequeña reverencia antes de presentarse.
Lyney: Saludos, viajeros. Mi nombre es Lyney, y esta encantadora dama a mi lado es mi hermana, Lynette -dijo, con una voz suave pero intrigante, al tiempo que Lynette hacía una leve inclinación de cabeza.
Aether, tn, y Paimon los observaron con curiosidad.
Paimon: Oh, ¿son artistas de Fontaine? -preguntó Paimon con interés, flotando cerca de ellos- ¡Paimon nunca ha visto un dúo tan elegante!
Lyney: Nos dedicamos al arte de la magia y el ilusionismo -explicó Lyney, haciendo aparecer una flor en su mano de manera tan fluida que Paimon parpadeó sorprendida- Estamos preparando un espectáculo especial esta noche en la Ópera de Epiclesis, el corazón artístico de Fontaine. ¿Les interesaría asistir? Será una velada llena de sorpresas.
Lynette, a su lado, lo observaba en silencio, pero tn no pudo evitar notar cómo sus ojos lo examinaban con una intensidad tranquila. Había algo en su porte que lo intrigaba.
Aether: ¿La Ópera de Epiclesis? -repitió Aether, cruzándose de brazos y mirando hacia Lyney con curiosidad- Suena interesante. Quizás podríamos aprender más sobre la cultura de Fontaine asistiendo a su espectáculo.
Lyney sonrió aún más, leyendo perfectamente la intención de Aether.
Lyney: Además de cultura, puede que encuentren algunas sorpresas. Nunca se sabe qué tipo de misterios pueden revelarse bajo las luces de la ópera -dijo, sus palabras flotando en el aire como si estuviera insinuando algo más profundo.
