Era un día tranquilo en Fontaine, y mientras Aether y Paimon ayudaban a Lyney con algunos preparativos para su próxima función, Lynette y TN habían decidido separarse del grupo y tomarse un respiro en un lugar más apartado. La atmósfera era serena, con el suave murmullo del agua en la distancia y la brisa acariciando las hojas de los árboles. Sin embargo, la tranquilidad del ambiente contrastaba con la sensación de tensión sutil que comenzaba a formarse entre Lynette y TN.
TN, con su mirada inquisitiva y juguetona, había estado observando a Lynette desde hacía rato, sin decir una palabra. Lynette, siempre tan atenta, no tardó en notar cómo sus ojos seguían cada uno de sus movimientos, especialmente enfocados en algo específico: sus orejas y su cola felina.
Lynette: ¿Pasa algo? —preguntó finalmente, volteándose hacia él, su voz tranquila pero con un toque de curiosidad.
TN, sin perder su actitud relajada, dejó escapar una pequeña risa antes de responder.
TN: Disculpa si te he estado mirando tanto —admitió con una sonrisa ligeramente traviesa— Es solo que... tus orejas y tu cola son bastante interesantes. —Hizo una pausa, evaluando su reacción antes de añadir— Me preguntaba si sería posible tocarlas. Se ven maravillosas.
Lynette parpadeó, sorprendida por la audacia de su comentario. Sus orejas se movieron ligeramente en reacción, y sin pensarlo dos veces, llevó ambas manos hacia ellas, cubriéndolas de manera instintiva.
Lynette: Mis orejas... —respondió con un tono serio— Son importantes para mí. No dejo que nadie las toque.
TN no parecía desalentarse por la respuesta de Lynette. De hecho, su sonrisa se amplió un poco más mientras daba un paso hacia ella, sus movimientos tranquilos pero con una intención clara.
TN: Lo entiendo, y no quiero incomodarte —dijo suavemente, manteniendo su tono persuasivo— Pero... después de todo el tiempo que hemos pasado juntos, y considerando lo mucho que te he ayudado, ¿no crees que podría hacer una excepción?
Lynette lo observó por un momento, sus ojos entrecerrados mientras procesaba sus palabras. Sabía que TN estaba jugando con ella, pero había algo en su voz, en la manera en que la miraba, que la hacía dudar. La cercanía de TN, su presencia constante, y ese extraño aroma que siempre parecía envolverla cada vez que estaba cerca, comenzaban a desarmar sus defensas habituales.
Lynette: No es tan sencillo... —murmuró, aún cubriendo sus orejas con delicadeza.
Pero TN no la dejó terminar. Aprovechando un momento de distracción, se colocó detrás de ella con un movimiento ágil, quedando lo suficientemente cerca para que Lynette pudiera sentir su aliento rozando el borde de su cuello. La proximidad hizo que sus orejas se movieran de forma involuntaria, como si estuvieran respondiendo al llamado de esa cercanía tan inesperada.
TN: No tienes que preocuparte —le susurró en voz baja, con un tono que mezclaba diversión y algo más profundo— Prometo ser cuidadoso.
La situación se volvió más intensa cuando TN levantó una mano con suavidad, dejándola a solo unos centímetros de las orejas felinas de Lynette. Pero fue entonces cuando ocurrió lo inevitable: el aroma de TN, ese aroma tan particular que siempre había atraído a Lynette de maneras que no podía entender, la golpeó nuevamente con una intensidad renovada. Era un aroma cálido, envolvente, casi hipnótico, y por más que Lynette intentara mantener su compostura, no pudo evitar que sus instintos felinos se activaran.
Lynette cerró los ojos por un momento, tratando de ignorar la sensación, pero su respiración se hizo más pesada. Sentía cómo su cuerpo reaccionaba a la cercanía de TN, cómo sus orejas se movían involuntariamente hacia su mano, como si estuvieran deseando ese contacto que, hasta ahora, había estado prohibido para todos.
