El día había llegado. TN estaba esperando en el lugar acordado para su cita con Lynette. Era una tarde tranquila en Fontaine, la brisa marina llegaba suave, trayendo consigo el murmullo lejano de la ciudad en movimiento. El sol bañaba las calles empedradas con una cálida luz dorada, creando un ambiente perfecto para lo que sería una cita especial.
Mientras TN esperaba, sus pensamientos se remontaron al momento en que había propuesto la cita. Lynette, con su habitual calma y falta de expresión, había aceptado, pero detrás de sus palabras sencillas había algo más. Una pequeña chispa que TN no pudo dejar de notar.
TN: tranquilo... —se decía a sí mismo, sonriendo— Todo irá bien.
Mientras tanto, en una zona algo más apartada, Lynette despertaba temprano. La luz del sol entraba tímidamente por las cortinas, iluminando su rostro mientras abría los ojos lentamente. Recordó lo que sucedía hoy: su cita con TN. No era la primera vez que salía a la ciudad, pero esta ocasión tenía un significado diferente. Se sentía extrañamente... inquieta.
Lynette: Hoy es el día... —murmuró para sí, mientras se levantaba y se dirigía a la pequeña mesa donde su desayuno ya la esperaba.
Tomó asiento en silencio, comiendo tranquilamente mientras sus pensamientos divagaban. A pesar de su exterior calmado, no podía dejar de preguntarse cómo sería la cita. TN la había sorprendido con su propuesta, y aunque no lo había demostrado, sentía una curiosa expectación por lo que ocurriría.
Lynette: No puedo permitirme estar distraída... —dijo para sí misma mientras bebía su café.
Terminando su desayuno, se levantó para prepararse. Escogió algo simple, pero elegante, acorde a su estilo reservado. Miró su reflejo en el espejo, ajustando su lazo con precisión antes de finalmente estar lista. Un pequeño suspiro escapó de sus labios mientras se giraba hacia la puerta. Sabía que Lyney no se quedaría de brazos cruzados con lo de su cita.
Justo como lo había predicho, antes de salir, su hermano Lyney apareció, caminando por el pasillo con esa sonrisa característica en el rostro.
Lyney: ¿Y a dónde va mi querida hermanita tan temprano? —preguntó, con un tono claramente juguetón.
Lynette lo miró de reojo, sin detenerse.
Lynette: Hoy tengo una cita con TN. Lo mencioné antes.
Lyney arqueó una ceja, claramente interesado.
Lyney: Oh, una cita, nada menos. —Sonrió aún más, aunque había una ligera sombra de preocupación en su tono— Espero que te diviertas, pero... —hizo una pausa, pensativo— ¿Estás segura de que él es digno de ti, querida hermana?
Lynette suspiró levemente, con una pizca de exasperación.
Lynette: No necesito que me cuides todo el tiempo, Lyney. Puedo manejar esto sola.
Lyney: Lo sé, lo sé. —Levantó las manos en señal de rendición, pero sus ojos brillaban con una idea que claramente no pensaba abandonar— Pero, si acaso, estaré cerca, por si algo sucede.
Lynette: Haz lo que quieras. —respondió con un tono neutral, sin detenerse.
Con esas palabras, Lynette salió de la casa, dejando a su hermano con su típica sonrisa misteriosa. Sin embargo, tan pronto como la puerta se cerró, Lyney comenzó a prepararse. No era que no confiara en TN, pero tenía que asegurarse de que su hermanita estuviera a salvo, incluso en una cita.
Lyney: Cuidar de mi hermana siempre es prioridad... —murmuró, poniéndose su sombrero con un gesto decidido— Además, puede ser interesante ver cómo se desarrollan las cosas.
