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Una castaña caminaba impaciente por los pasillos de JYPE, esperando a que cierta pelinegra se hiciera presente "Sana conseguí estos boletos para «Libranos del mal» y se me ocurría si ya sabes tú y yo, podemos salir un rato, digo a ver la película,...

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Una castaña caminaba impaciente por los pasillos de JYPE, esperando a que cierta pelinegra se hiciera presente "Sana conseguí estos boletos para «Libranos del mal» y se me ocurría si ya sabes tú y yo, podemos salir un rato, digo a ver la película, porque te gustan estas películas y... y.. ¡Oh Dios eso suena horrible!... Disculpa Sana me preguntaba si alguien tan linda como tú estaría libre hoy, para acompañarme al cine, es una de las películas que te gustan y espero... que... que ¡No tampoco suena bien!... Sana, tú... yo, cine... Libranos del mal... piénsalo... no, eso es pésimo"

En ese momento la japonesa entra por la puerta hacia el pasillo, algo malhumorada abre su casillero sacando algunos libros.

"Ok, solo dale el café, es un buen comienzo" pensaba Tzuyu acercándose a Sana con sigilo. ──Buenos días Sana. ──saludó.

──No sé qué tienen de buenos. ──gruñó la pelinegra.

──Vamos no puede irte tan mal, toma compré un poco de café extra esta mañana y pensé que si gustas uno.──habló Tzuyu extendiendo el vaso hasta Sana quien dudaba en tomarlo. ──Hirviendo y con dos de azúcar.

Ahora Sana no dudó y lo tomó "desde cuando Chou sabe cómo me gusta el café" se pregunto a sí misma.──Hay una tonta película, que quiero ver, pero el tonto señor de taquilla dijo que los boletos estaban agotados... veamos que tan agotados estarán cuando su coche este lleno de abejas. ──bufó ésta.

Tzuyu tomó una bocada de aire y pronunció. ──Qué tal si... en lugar de llevar a un pobre empleado al hospital... me acompañas a mí al cine.

──¿Por qué haría eso? ──preguntó arrogante la japonesa dando un sorbo del café deleitándose con el ardor en su garganta.

──Porque te lo pido.──pronunció la castaña, Sana arqueó una ceja.──Por favor.──insistió sacando los boletos del bolsillo de su pantalón, poniéndolos frente a la pelinegra.

──¿Cómo los conseguiste? ──preguntó asombrada la japonesa sin poder creerlo con la vista en los boletos.

──Digamos que... tengo contactos.──inquirió Tzuyu con una sonrisa.──¿entonces... me acompañas?

Sana la pensaba, después de unos segundos pronunció.──Esto no es una cita.──suspiró.──¿Lo entiendes, Chou?

──Lo entiendo.──afirmó la morena con simpatía.──¿entonces?

──Si, si tanto insistes iré.──bufó tomando un boleto de la mano de la castaña.──sigue sin ser una cita ¿entiendes?

──Claro.──afirmó.──esto no es una cita.

La pelinegra rodó los ojos.

──Paso a tu casa a las 7 ¿te parece? ──pregunto Tzuyu.

──Nos vamos en mi carro.──inquirió la mayor.──sigo sin creerme que no tengas licencia.──se burló.

superman ; satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora