Capítulo 44: Las nuevas lideres

130 14 16
                                    


Sobre las copas de los árboles en el Bosque de las Brujas, la luz del amanecer tiñe el cielo de tonos dorados. La niebla abraza suavemente el entorno, envolviendo las casas de las brujas y los senderos en un velo etéreo.

Las brujas, ataviadas con túnicas que ondean con la brisa de la mañana, se preparan para el día que se avecina. Con sonrisas en sus rostros, algunas practican hechizos, mientras otras cuidadosamente revisan sus suministros mágicos.Escobas descansan contra los troncos de los árboles, listas para ser utilizadas en sus tareas cotidianas. Algunas brujas sonríen mientras realizan encantamientos, creando destellos mágicos que danzan en el aire matutino.

Entre las casas elevadas sobre pilotes, una bruja sonríe mientras recoge hierbas mágicas que destellan con energía. El rocío matutino adorna las hojas y pétalos, agregando un toque de frescura a la escena.En un claro, brujas intercambian amistosas sonrisas mientras colaboran en la elaboración de pociones. El caldero gigante emite suaves burbujeos, y la magia se entrelaza en el aire con una serenidad peculiar.

Pasamos a la residencia de la Reina Bruja, donde vemos a todas despertar de manera felices este día junto con algunos de sus hijos, algunas de ellas, en el cual se puede apreciar que charlaban mientras desayunando en el comedor. Todas al ver que faltaba alguien en la mesa, vemos como este ultimo llega adolorido mientras patojeaba hasta que finalmente se sentó en medio de todas.

Lichita: Buenos días, amo. ¿Quiere desayunar? ¿Talvez un masaje? ¿O a-m-i? - [Sonriendo de manera descarada mientras lo decía con picardía al acercarse al mencionado]

Asta: Escucha bien, perra. Anoche despues de darles con todo, sufrí un poco por medio de mi otra perra. - [Susurrando mientras veía de reojo a Ravenna con su misma cara seria] - Así que dudo que tenga energía por hoy día, por lo que solo desayunare. - [Un poco serio y cansado]

Lichita: De acuerdo, amo. - [Suspirando un poco por no lograr su objetivo]

Ya una vez poniéndose a desayunar las demás comienzan a hablar.

Vanica: Así que... me dices que estas dos ternuritas son tu hijas, Reina Bruja. - [Abrazando a los hijos de Ravenna quienes desayunaban aparte]

Ravenna: Exactamente. - [Asintiendo con actitud seria]

Vanica: Son tan lindos y pequeños, que desearía tener uno igual. - [Dejándolos libres mientras se agarraba su vientre con felicidad]

Todas al escuchar a su acompañante, dicen lo siguiente con un leve sonrojo.

Dominante: Kya.... Vanica, tu si que eres muy atrevida. - [Un poco emocionada]

Mereoleona: ¿Un hijo? - [Un poco frustrada tocándose el vientre]

Acier: Te comprendo, Mereo, yo también desearía tener uno. - [Tocándose el vientre con una sonrisa pervertida]

Mereoleona: Pero maestra, usted ya tiene 4 hijos, porque quiere más. - [Un poco confundida]

Acier: Porque quiero hijos con la persona que amo, Mereo, así funciona el corazón de una mujer enamorada. - [Sonriéndole un poco feliz] - ¿No es así, Reina Bruja? - [Preguntándole]

Ravenna: Si, pero ya tengo a mis 2 hijos de momento, por lo que no pido más hasta ahora. - [Sonriendo de manera seria]

Luego de que ambas sonrieran con el entendimiento de lo que quisieron decir, las demás volvieron al tema de conversa, donde Vanica refuta como una niña chiquita en la mesa.

Vanica: Amo, deme un hijo, deme un hijo, se lo pido, deme un hijo, no sea tacaño, démelo síiii. - [Pidiéndoselo cerca de él mientras lo movía como si fuese un objeto]

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora