𝑱𝒖𝒋𝒖𝒕𝒔𝒖 𝑲𝒂𝒊𝒔𝒆𝒏 - 𝓟𝓪𝓻𝓽. 𝟐

˚ ༘♡ ⋆｡˚𝓖𝓸𝓳𝓸̄ 𝓢𝓪𝓽𝓸𝓻𝓾

𝑺𝒂𝒕𝒐𝒓𝒖- 𝒍𝒐 𝒉𝒂𝒓𝒆́ 𝒆𝒏𝒄𝒂𝒋𝒂𝒓 - 𝑮𝒐𝒋𝒐 y la sonrisa satisfecha que tira de las comisuras de los labios agarrandote de las caderas mientras intenta meter los últimos centímetros de su gorda polla dentro de ti. Es un ajuste apretado pero lo hará funcionar, siempre lo hace.

—No... no va a caber, Toru— te quejas, intentando abrirte camino hacia arriba en la cama y escapar del doloroso estiramiento mientras la polla de Satoru te llena. Puedes sentirlo en tu vientre y realmente te está dificultando pensar con claridad. Tu mano baja en un intento inútil de empujar sus abdominales, y Satoru no puede evitar suspirar.

Ustedes dos pasan por esto todas las noches. Todas las noches él tiene que escucharte hablar una y otra vez sobre lo grande que es , sobre lo que no cabe, pero todas las noches eres traicionada por tu propio coño, que parece succionarlo más y más profundo a pesar de tus palabras.

—Bebé—, susurra mientras aleja tu mano de él y empuja un poco más profundo, tratando de evitar empujarte hacia abajo y obligarte a tomarlo , como su cerebro cachondo le está gritando que haga.

Él baja su pulgar para frotar círculos desordenados sobre tu clítoris pegajoso para intentar desviar tu atención del dolor punzante en tu centro. Él puede decir que funciona cuando te oye gemir, con la cabeza echada hacia atrás mientras tus paredes se aprietan fuertemente a su alrededor.

—Relájate y lo haré encajar como siempre lo hago—, empuja sus caderas, empujando su polla más profundamente dentro de ti y permitiéndote tirar de él hacia abajo contra tu pecho mientras tus brazos luchan por agarrarse a su cuello.

Pronto, el dolor del estiramiento se convierte en un placer candente mientras Satoru se retira y empuja hacia adentro, más y más profundo que la última vez hasta que finalmente está completamente adentro, manteniendo el asalto a tu clítoris hinchado.

Estás tan perdida en el placer en este punto que ni siquiera te das cuenta de que finalmente tocó fondo hasta que obliga a tu atención a bajar a donde están conectados los dos cuando se frota contra ti, dejando que su polla se arrastre por tus paredes.

Miras hacia abajo al bulto que aparece y desaparece en tu barriga con cada lento movimiento de las caderas de Satoru, respirando entrecortadamente cuando él lo presiona  haciéndote sentir tan bien.

—Lo ves, nena, te dije que lo haría encajar todo—.