─── ⋆⋅ ♰ ⋅⋆ 𝑪𝒉𝒐̄𝒔𝒐̄

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Choso tenía una aversión inherente a ser enviado a misiones contigo; no porque no le gustara trabajar contigo (De hecho, todo lo contrario), sino más bien porque sentía que no debías ser enviada a ninguna misión, prefiriendo mucho más la imagen de ti acurrucada en el sofá y a salvo en casa, que lidiando con aquellas despiadadas y sucias maldiciones.

A ti te parecía distante, distante pero extrañamente protector mientras investigabas una escuela primaria local; cada vez que te movías para abrir la puerta de una nueva habitación, él se lanzaba hacia adelante, instándote suavemente a retroceder, con la palma hacia afuera contra la parte baja de su espalda.

Cada vez que te alejabas demasiado, escuchabas pasos ligeros y sentías el cálido silbido del aire cuando él llegaba a tu lado, sus ojos oscuros escaneaban el perímetro a tu alrededor.

Choso apenas quería separarse de ti; Primero fue afectuoso contigo porque Yuuji te veía como una más de su familia, pero su afecto luego echó raíces y brotó de forma independiente.

Choso no reconoció la especie de flor en la que había florecido su afecto, pero era roja, suave y lo hacía despertarse sudando frío por la noche, su polla confusamente dura y húmeda mientras el placer rugía a través de él solo de pensar en ti en sus sueños.

Estar contigo ahora, cazando algo con intención asesina, le hizo apretar los dientes de una manera que no podía verbalizarse. Fuiste paciente, estar enamorada de este hombre extraño, te llena de estremecimientos por su actitud protectora hacia ti.

Mientras intentaba correr frente a ti para abrir otra puerta, emitiste un suave sonido de reproche y tomaste la mano de Choso, sus dedos ásperos y calientes en los tuyos. Sintió cosquilleos de alegría subir por su cuello al sentir tu piel sobre la suya.

──Déjame.

Instaste, y a pesar de sí mismo, Choso se vio incapaz de negarte nada, pero no soltó tu mano en la suya cuando abriste la puerta.

Dejándolo ir con ojos brillantes que hicieron que su corazón se acelerara, entraste en la habitación. Se enfrentó al pizarrón, con el corazón latiendo contra sus costillas y tratando de recomponerse, mientras tu te dirigías hacia la parte trasera del salón de clases para investigar un pequeño armario. Momentos después, él escuchó un ruido de madera y el crujido seco de cien libros cayendo. Girando sobre un pivote, Choso disparó hacia el armario, gritando tu nombre con acalorado pánico.

𝑱𝒖𝒋𝒖𝒕𝒔𝒖 𝑲𝒂𝒊𝒔𝒆𝒏 - 𝓟𝓪𝓻𝓽. 𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora