Tukk Becomes Wild [G!P] ryeji

Bicho Raro (Parte 2)

⚠️ Ryujin gip

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Después de aquella noche, pasaron varios días en los que Ryujin hizo todo lo posible por evitar a Yeji. Se había acostumbrado a quedarse en el salón hasta altas horas de la noche, esperando a que las luces de la habitación que compartía con Yeji se apagaran. Cada poco tiempo, se asomaba desde la escalera para revisar si la luz que se colaba por la rendija de la puerta se había apagado. Una vez que confirmaba que todo estaba en silencio, esperaba algunos minutos más, asegurándose de que Yeji estuviera profundamente dormida antes de subir, deslizarse sigilosamente bajo las sábanas y finalmente permitirse dormir.

Durante las cenas y las clases, apenas cruzaban miradas. Cuando coincidían por casualidad, Yeji actuaba como si nada hubiera pasado. Esa aparente indiferencia le dolía a Ryujin más de lo que le gustaría admitir. Una cosa era que ella intentara distanciarse, pero que Yeji lo hiciera también era otra. Ryujin esperaba, en el fondo, algún indicio de que aquella noche había significado algo para ella, pero la frialdad de Yeji parecía sugerir lo contrario.

No podía comprender cómo, después de lo que habían compartido, Yeji podía ignorarla con tanta facilidad. Esa desconexión la hacía sentir pequeña, insignificante.

Era más que una simple incomodidad. Se sentía traicionada por sus propios sentimientos, por haberse permitido ser vulnerable. Había algo intensamente doloroso en la forma en que Yeji seguía adelante, como si nada hubiera cambiado. Esa indiferencia era una herida silenciosa que palpitaba en su pecho. Y aunque no podía evitar sentir resentimiento, una parte de ella también anhelaba la cercanía de Yeji.

Ryujin sabía que podría ir y enfrentarla, podría dejar de quedarse hasta tarde en el salón, ocultándose en las sombras. Pero la idea de encarar a Yeji la aterraba. Se imaginaba acercándose, intentando encontrar las palabras correctas, pero cada vez que lo pensaba, algo la detenía. No era solo el miedo al rechazo, era el temor a lo desconocido, a lo que esa conversación podría desencadenar. En el fondo, se sentía cobarde, incapaz de lidiar con las emociones que aquella noche había desatado. Se sentía pequeña, diminuta frente a la indiferencia de Yeji.

Cada vez que pensaba en confrontarla, una oleada de inseguridad la invadía : ¿Y si me miraba con esa misma frialdad que me había estado atormentando estos días? ¿Había sido poca cosa para ella? ¿Le daba asco mi cuerpo? ¿Me había corrido demasiado rápido?

La idea de abrirse y ser rechazada era insoportable. Prefería evitarla, ocultarse en la comodidad de la distancia, aunque eso solo la llenara de más preguntas, de más dolor.

Había algo reconfortante en no saber, en permanecer en esa incertidumbre. Mientras no hablara con Yeji, podía seguir imaginando que tal vez, en algún rincón de su mente, ella también estaba luchando con lo que había pasado. Pero el silencio al que se aferraba solo profundizaba la herida, una herida que sabía que eventualmente tendría que enfrentar, aunque no se sintiera lista.

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Un día, mientras caminaba por el pasillo del instituto, Ryujin notó un grupo de estudiantes alrededor de Yeji. Uno de ellos, hablando con una arrogancia evidente, se acercaba demasiado a ella, invadiendo su espacio de una manera que claramente no era amistosa. Ryujin se detuvo por un segundo, indecisa. Sabía que involucrarse podría poner en juego su reputación, pero algo más fuerte en su interior la impulsó a actuar.

"Déjala en paz, ¿Quieres?" Dijo Ryujin al acercarse, su tono fue firme y autoritario, atrayendo la atención de todos en el grupo.

Yeji levantó la vista, claramente sorprendida al verla intervenir, pero en su expresión no había gratitud, sino incomodidad, casi irritación. Ese pequeño gesto fue suficiente para hacer que Ryujin dudara por un instante, pero ya era tarde para retroceder.