Tukk Becomes Wild [G!P] ryeji

Luto

⚠️ Ryujin gip

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En un día nublado de otoño, el viento susurraba entre los árboles mientras los invitados se reunían en el funeral de Shin Dongwoo. La multitud lloraba la muerte de uno de los cirujanos plásticos más poderoso de Corea del Sur, mientras el ataúd de caoba descendía lentamente a la tumba.

Todos vestían de negro, con rostros serios y miradas tristes. Entre ellos, una joven Yeji destacaba por su belleza serena.

Yeji era la nueva esposa de Dongwoo, o mejor dicho, ex esposa y viuda. Llevaba un velo de rejilla que ocultaba su rostro, pero lo que no podía ocultar era la fragancia de su perfume lujoso y su vestido de Dolce&Gabbana, un modelo impresionante, sea dicho. Esto, le daba un aura de elegancia que contrastaba con el luto que los rodeaba.

Aún tapados por el velo, sus ojos parecían envueltos en lágrimas, su postura era firme, y su expresión era un misterio que se escondía detrás del telón.

A unos metros de distancia, estaba Shin Ryujin, la única hija de Dongwoo, fruto de su primer matrimonio fallido. Ella observaba la escena desde las sombras, había permanecido al margen durante todo el funeral, sin derramar ni una lágrima, manteniendo su distancia mientras su padre, al que odiaba más que a nadie en este mundo, desaparecía en la tierra.

Su mirada no se centró en el ataúd por mucho tiempo. En cambio, su atención estaba puesta en Yeji, una mujer apenas cuatro años mayor que ella, ahora viuda, y su nueva "madrastra". Ryujin sintió una punzada de disgusto, no solo por la farsa que se desarrollaba ante ella, sino por la teatralidad de todos los invitados, gente a la que no había visto en su vida o como mucho una vez, lloraban desconsolados por su padre. Todas esas palabras vacías de los asistentes la hacían querer reírse en sus caras. Aunque para su sorpresa, lo que más le sorprendió fue el fingido dolor de Yeji, la mujer que Ryujin conocía demasiado bien.

Después del entierro, una ceremonia conmemorativa tuvo lugar en la lujosa mansión de los Shin. El gran salón estaba abarrotado de figuras influyentes: Empresarios, políticos, celebridades, todos presentando sus respetos. Yeji, la anfitriona del evento, aceptaba las condolencias de cada uno con una sonrisa triste, mientras lucía impecable en su costoso atuendo. Sin embargo, Ryujin se mantuvo apartada de la multitud, refugiada en el balcón, con una copa de vino en la mano y un cigarrillo entre los dedos. La música suave, las conversaciones en voz baja, y el sonido de los pasos lejanos eran un telón de fondo que no le interesaba en absoluto.

El alcohol y la nicotina corrían por su cuerpo, calmando la frustración que hervía dentro de ella. Había esperado este día durante años: el día en que su padre finalmente desapareciera de su vida. Pero lo que la mantenía en calma no era solo su muerte, sino lo que venía después.

Cuando el último invitado se fue y el eco de los pasos en la entrada principal desapareció, el silencio se apoderó de la mansión. Ryujin continuaba en el balcón, observando los jardines iluminados débilmente por las luces del patio y el brillo pálido de la luna. El paisaje era hermoso, pero vacío, como lo había sido la vida que su padre le había impuesto.

Yeji apareció en la puerta que daba al balcón, ahora sin el velo, su figura recortada contra la luz tenue de la mansión. Se acercó con elegancia, sus tacones resonando en el suelo de mármol. Ryujin sacó otro cigarrillo de la americana de su traje, pero antes de que pudiera buscar su encendedor, Yeji ya estaba allí, ofreciéndole una llama.

Ryujin encendió el cigarrillo, inhalando profundamente antes de soltar el humo con una sonrisa.

"Se acaba de ir el último invitado" Comentó Yeji, mirando hacia el interior de la casa.