La danza de los difuntos

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Como muestra de amor al rey sin rostro,
desfilaban las devotas almas del teatro,
en el río de Heráclito se repetía el acto,
serviciales rechazan la ley del monstruo.

¿De dónde el afán por preservar su llama?
¿Hasta dónde llegarán con esas cadenas?
Los vi soñando y luego destrozar la cama,
vociferar rebeldes y firmar propia condena,

¿Serán los hilos de una bestia insomne?
¿O el dulce néctar de vuestras mentiras?
El espejo está de luto porque nadie mira
en el fondo, la tragedia verdad esconde.

Y el disgusto vuelve a las manos del amo,
y los aplausos claman por su nueva cara,
profetas de bonanza, brillante, poco clara.
Con suerte sus difuntos danzan cuatro años.

No soy artistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora