꧁ 𝘾𝙤𝙣𝙙𝙚𝙣𝙖𝙙𝙖 𝙖 𝘼𝙢𝙖𝙧𝙩𝙚 ꧂

497 41 42
                                    

-¿Podrías ponerte algo de ropa, por Dios? No puedes estar así todo el día -dijo Adam, girándose bruscamente al ver a Charlie.

-Ups, disculpa... Pensé que no te molestaría -respondió ella, con una sonrisa juguetona.

-Pues ahora sabes que sí -replicó él, desviando la mirada-. Cúbrete con algo.

-Eh... ¿me podrías prestar algo de ropa?

Adam suspiró, visiblemente molesto, pero acabó por asintir. Le arrojó su vestimenta, de mala gana y se volvió a echar.

-Mierda, ¡Ya! toma. Ahora, ¿puedes dejarme en paz?

Charlie se puso la prenda, que le quedaba grande, tanto que las mangas casi le arrastraban por el suelo. La escena era tan absurda que Adam no pudo evitar soltar una risa suave, un sonido sincero y propio de corazón que parecía haberse olvidado de hacer en mucho tiempo.

Charlie lo miró, encantada por ese momento fugaz de vulnerabilidad. Su sonrisa se ensanchó al observarlo y sus ojos contemplaron ese destello de esperanza que parecía más alto que nunca.

-Tienes una linda sonrisa -comentó ella con suavidad, mirando fijamente al castaño, cuyo rostro se endureció de inmediato, como si hubiera recordado de golpe las barreras que había erigido entre ambos.

-Eso no significa que me haya olvidado de lo que hiciste -replicó Adam, serio.

-Lo sé... -suspiró Charlie, bajando la mirada por un instante-. Pero eso no me quita la esperanza. Sé que, algún día, me perdonarás.

-Piensa lo que quieras. Yo solo espero que ese día nunca llegue.

-Quizá esté más cerca de lo que crees -dijo Charlie con una sonrisa enigmática.

-¿Qué insinúas? -preguntó Adam, confundido.

-El infierno lo quiere, Adam...

-Intentaré ignorar eso... -gruñó él, apartando su rostro cuando sintió las manos de Charlie cerca de su piel-. Y ahora, por favor, quita tus manos de mi cara.

-No te preocupes, solo quería asegurarme de que estabas bien -respondió Charlie con una dulzura inesperada en su voz.

-Eso no te incumbe. Ahora déjame solo.

-Sabes que no es mentira que me sigues odiando, ¿verdad? -dijo ella, pero su tono era tranquilo, casi cálido-. Sin embargo, detrás de tus ojos veo algo más... Una mancha de soledad, de decepción. Y créeme, estaría encantada de ayudarte con eso... Si algún día quisieras tomarme en serio.

-En tus sueños -replicó Adam, con brusquedad.

-Espera, hay algo que no te he dicho -Charlie avanzó un paso, con su expresión cambiando a una mezcla de deseo y confesión-. Nunca quise hacerte daño, pero... no puedo controlarme. Eres tan... irresistible que mis instintos me dominan.

Adam tragó saliva con su respiración acelerándose, pero mantuvo la compostura.

-Sabes... -continuó Charlie-. Ahora mismo, tengo tantas ganas de volver a hacer lo que hice... Pero, por ti, intentaré resistir. Solo por ti.

𝐋𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐄 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 (𝐆𝐮𝐢𝐭𝐚𝐫𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐬)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora