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Tres Meses Después

Tres meses habían pasado desde que la pequeña Ahyeon llegó a nuestras vidas, y aunque el tiempo parecía haberse deslizado entre mis dedos, cada día estaba lleno de momentos inolvidables. Las noches de insomnio y las horas de llanto se veían compensadas por las sonrisas de Felix y los suaves gorgoteos de nuestra hija. A veces, la ternura con la que Felix miraba a Ahyeon me dejaba sin aliento.

Era una mañana tranquila en Italia. El sol brillaba a través de las ventanas, llenando la sala de un cálido resplandor dorado. Ahyeon estaba en su cuna, balbuceando y moviendo los brazos, mientras yo preparaba el desayuno.

-¿Cómo va nuestra pequeña estrella? -pregunté, acercándome a la cuna.

Felix, que estaba sentada en el sofá con una taza de café, sonrió.

-Se está convirtiendo en una experta en hacer ruido -dijo, riendo suavemente.

-Eso es un buen signo -respondí, sintiendo un orgullo que apenas podía contener. -¿Te gustaría un poco de desayuno?

-Sí, por favor. Pero primero, ¿puedes sacarla? -pidió Felix, con un brillo en los ojos.

La tomé en mis brazos, y Ahyeon sonrió, sus pequeños dientes apenas asomando. Me perdí en esos ojos oscuros que comenzaban a conocer el mundo. La llevé hacia Felix, quien la abrazó con ternura, y en ese momento, el amor que sentía por ambas era abrumador.

-¿Ves? Te dije que era un experto en hacer ruidos -bromeó Felix, haciendo que Ahyeon hiciera un sonido que se asemejaba a una risa.

-Definitivamente se lleva la palma -dije, sintiéndome afortunado.

Mientras disfrutábamos de un desayuno ligero, la conversación giró en torno a nuestros sueños para el futuro de Ahyeon.

-¿Te imaginas cómo será cuando empiece a caminar? -dijo Felix, riendo. -¡Va a ser una niña aventurera!

-Seguramente -respondí, imaginando a nuestra hija explorando el mundo. -Y voy a tener que ponerle un GPS para seguirle el ritmo.

Ambos nos reímos ante la idea, disfrutando del momento familiar. Sin embargo, también había un trasfondo de preocupación en mi mente. La vida en Italia había sido un respiro, pero las cosas en casa seguían cambiando. Había ciertos problemas que aún debíamos enfrentar.

-Felix, ¿te gustaría que hiciéramos una pequeña reunión con los amigos más cercanos? -le propuse. -Sería bueno tener un poco de apoyo.

-Me parece una buena idea -respondió ella, asintiendo. -Lo extrañaba, y no quiero que nuestra hija crezca sin conocer a su familia.

Una Semana Después...

La reunión fue un éxito. Amigos cercanos y familiares vinieron a conocer a Ahyeon, y la casa se llenó de risas, abrazos y buenos deseos. La energía en el aire era palpable, y vi a Felix disfrutar de cada momento.

-Mira, es como si todos estuvieran aquí solo para ti, Ahyeon -dije mientras sostenía a nuestra hija, que parecía cautivada por el bullicio.

Felix se acercó, sonriendo mientras veía a nuestros amigos interactuar con nuestra pequeña.

-Es maravilloso, ¿no? Ver cómo todos se preocupan por ella -dijo, su voz llena de emoción.

-Sí -respondí, sintiéndome agradecido por la comunidad que habíamos formado. Pero mientras disfrutaba de la reunión, una pequeña preocupación comenzaba a asomarse en mi mente.

Las interacciones entre Felix y algunos de nuestros amigos me hicieron sentir un ligero desasosiego. La relación que había construido con ellos, aunque importante, me hizo sentir que había algo más grande en juego. Sin embargo, traté de no dejar que esos pensamientos me abrumaran.

La noche avanzó, y mientras algunos comenzaban a irse, un amigo se acercó a mí.

-Hyunjin, ¿todo bien? -preguntó, notando mi expresión pensativa.

-Sí, solo estoy reflexionando un poco sobre el futuro -respondí, intentando sonar casual.

-Lo entiendo. La paternidad puede ser abrumadora, pero tú y Felix lo están haciendo increíblemente bien -dijo, dándome un suave golpe en el hombro.

Esa afirmación me hizo sentir un poco mejor, pero aún quedaban cuestiones sin resolver. En ese momento, vi a Felix riendo y conversando con otros. Ella parecía tan feliz, y eso era lo que realmente importaba.

Esa Noche...

Al final del día, después de que los invitados se marcharon y la casa quedó en silencio, miré a Felix mientras se acomodaba en el sofá con Ahyeon dormida en sus brazos.

-¿Te sientes bien? -pregunté, acercándome y sentándome a su lado.

-Sí, solo un poco cansada -respondió, sonriendo mientras acariciaba la cabeza de nuestra hija. -Pero hoy fue maravilloso. Gracias por organizarlo.

-Gracias a ti por ser tan increíble -dije, sintiendo que mi corazón se llenaba de amor por ambas.

Mientras la habitación se llenaba de tranquilidad, supe que enfrentaríamos cualquier desafío que viniera. La vida con Ahyeon había traído un nuevo sentido de propósito a nuestras vidas. Con Felix a mi lado, sabía que juntos podríamos conquistar cualquier cosa.

!¡HYUNJIN IS MY ALPHA AND ONLY MINE DAMN BITCH!¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora