🥀...Ava Smith no tiene un pasado que le guste recorder, mucho menos una vida de la cual se siente orgullosa. Sus manos se encuentran manchadas de sangre y aquellas heridas que una vez creyó cicatrizadas, se encuentran mucho más latentes que en un p...
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𝟎𝟎 || 𝐃𝐎𝐋𝐎𝐑𝐎𝐒𝐀 𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐃𝐈𝐃𝐀
El reloj marcaba poco más de las dos de la tarde cuando Ava cruzó las puertas principales del Hospital central de la ciudad. Su estómago se revolvió con fuerza al momento en el que el olor a antiséptico y alcohol llegó a ella, envolviendola con fuerza. Su mirada recorrió el lugar, en busca de algún rostro familiar que pudiera otorgarle la información necesaria para llegar a su destino.
Sin embargo, el lugar se encontraba hecho un completo desastre. No había ni un solo doctor o enfermero que estuviera en calma y que no corriera por la estancia, con expresiones preocupadas y tensas en su rostro. «¿Que estaba sucediendo?». Frunció su entrecejo en confusión, lo único que lograba divisar era manchas blancas pasando a su alrededor con rapidez.
«¿Acaso tenía que ver con las recientes rumores que se habían esparcido por la ciudad?». Por lo que se decía, una nueva enfermedad se había esparcido en el aire. Nadie tenía mucha información al respecto, aunque aquello, junto a los extraños casos de canibalismo que se habían reportado en los últimos días, habían vuelto loca a la ciudad. La mayoría de las personas se encontraba evacuando por seguridad y prevención. Las autoridades no daban muchas respuestas al respecto, por lo que, en consecuencia, el caos se había desatado por completo en cada pequeña rincón de las calles.
Apretó sus labios con fuerza y llevó su atención a la pequeña que se encontraba a su lado, sosteniendo su mano en un cálido agarre. Su ceño se mantenía fruncio, mientras sus curiosos ojos azules detallaban el lugar a su alrededor.
— No sueltes mi mano, April— le ordenó, a lo que pequeña se volvió a verla con curiosidad—. Hay muchas personas aquí y con todo el alboroto, puedes perderte. Así que no me sueltes, ¿entendido?
— No te preocupes, mamá. No me soltare— le aseguró, con una pequeña sonrisa en sus labios—. ¿Crees que tía Lucille este feliz de vernos?
— Creo que ella estará más que encantada de hacerlo— le respondió, estirando su mano para apartar los mechones castaños que caían sobre su rostro, bloqueando su vista—. Solo recuerda que esta algo enferma y no puede hacer mucho esfuerzo, por eso hay que tratarla con cuidado.
— Lo se, tío Negan me explicó lo que tiene tía Lucille. Es por eso que le traje un dibujo— extendió la hoja que tenía en su mano libre y mostró los trazos de colores en ella con emoción—. Somos tu, tío Negan, tía Lucille y yo. Estamos en la casa de campo del abuelo.
— Es muy hermoso, cariño— le sonrió con suavidad—. Estoy segura de que a Lucille le va a gustar mucho lo que le hiciste.
— ¿Tu crees que ella pronto mejorará? — le preguntó April, esperanzada.
— No lo se— suspiró con pesadez. Su hermano le había explicado que Lucille había mejorado con las quimioterapias, pero que esto no daba una respuesta definitiva a su tratamiento. Cualquier cosa podía pasar, el cancer era simplemente impredecible—. Ven, vamos a pedir información.
