𝙲𝚊𝚛𝚕 𝙶𝚛𝚒𝚖𝚎𝚜

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|ATRAVES DE LA TORMENTA|

ADVERTENCIAS: triste :(

El viento aullaba entre los árboles mientras Carl Grimes se adentraba en el bosque, su mente agitada

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El viento aullaba entre los árboles mientras Carl Grimes se adentraba en el bosque, su mente agitada. Desde que había perdido a su madre, entendía el dolor de la pérdida, pero ahora Clara, su compañera y confidente, se encontraba en una lucha más profunda. Su padre había muerto recientemente, y la tristeza la envolvía como una sombra.

Esa mañana, Carl la había visto salir de Alexandria con una expresión sombría. Algo no estaba bien. Había sentido un impulso irrefrenable de seguirla, y ahora se movía con cautela entre los árboles, tratando de no ser descubierto. La lluvia comenzó a caer, un telón gris que acentuaba la tristeza del momento.

Finalmente, Clara se detuvo junto a un tronco caído, mirando al horizonte con ojos vacíos. Carl se acercó, sintiendo que cada paso era un peso en su pecho.

—Clara —susurró, pero ella no lo escuchó.

La preocupación lo invadió al ver su expresión de desolación. No era solo la pérdida de su padre; era el peso de todo lo que habían vivido juntos en este mundo cruel.

—¡Clara! —la llamó un poco más fuerte, esta vez con la voz llena de urgencia.

Ella giró la cabeza, la sorpresa rápidamente reemplazada por la tristeza.

—Carl, ¿por qué me seguiste? —preguntó, su voz temblando, casi apagada por el sonido de la lluvia.

—Porque me preocupaba por ti. Te vi salir, y sabía que no estabas bien —respondió él, avanzando un paso más.

—No quiero que te involucres en esto —dijo Clara, apartando la mirada, como si las palabras pudieran desvanecer su dolor.

—Pero estoy involucrado. Te necesito —dijo Carl, sintiendo que su voz se quebraba—. Todos necesitamos de alguien.

Clara lo miró, y en sus ojos había una tormenta de emociones.

—No puedo... No sé cómo seguir. La pérdida de mi padre me ha dejado vacía. Todo lo que amaba se ha ido —su voz se quebró, y las lágrimas comenzaron a brotar.

Carl sintió que el mundo se detenía. Sabía lo que era perder a alguien querido, pero no sabía cómo ayudarla a cargar con ese dolor.

—Clara, lo siento tanto. —Sus palabras eran un susurro lleno de empatía—. No estás sola. Siempre estaré aquí para ti.

Ella cerró los ojos, luchando contra las lágrimas.

—No sé si puedo seguir adelante. A veces siento que estoy perdiendo la esperanza, que esto es demasiado para mí —dijo, su voz llena de desesperación.

—Tienes que luchar. No puedo permitir que la tristeza te consuma —dijo Carl, tomando su mano con firmeza, buscando darle fuerza.

Clara desvió la mirada, el dolor reflejado en su rostro.

—¿Y qué hay de luchar cuando el mundo está en ruinas? Cuando cada día parece un recordatorio de lo que hemos perdido? —Su voz resonaba con una tristeza profunda.

—Aún hay cosas por las que vale la pena luchar. Aún estamos aquí, juntos. Y te prometo que no te dejaré caer —dijo él, sintiendo que su corazón latía con fuerza.

Clara lo miró con un destello de esperanza, pero la tristeza seguía presente.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —preguntó, su voz llena de vulnerabilidad.

—Porque te necesito. No puedo imaginar un futuro sin ti —admitió Carl, su voz intensa, llena de emociones reprimidas.

Las lágrimas de Clara comenzaron a caer, y Carl sintió que el nudo en su pecho se apretaba aún más. Ella se acercó, su rostro a solo centímetros del suyo.

—Carl, esto es difícil... Cada día es una lucha por mantenerme en pie. No quiero arrastrarte a mi oscuridad —dijo, su voz temblando.

Sin pensarlo dos veces, Carl tomó su rostro entre sus manos, mirándola fijamente.

—No me dejas otra opción. Quiero estar contigo, en las buenas y en las malas —dijo, sintiendo que las palabras eran un juramento.

Ella lo miró, y sin pensarlo, se acercó. Carl la besó, uniendo sus labios en un instante de conexión profunda. Fue un beso cargado de emociones: miedo, amor, y la promesa de que, juntos, podrían enfrentar cualquier tormenta.

Cuando se separaron, ambos respiraban con dificultad, el mundo a su alrededor desvaneciéndose momentáneamente.

—No quiero perderte —dijo Clara, la voz quebrada, como si temiera que el instante se desvaneciera.

—No te dejaré ir —respondió Carl, su tono firme—. Siempre estaré a tu lado.

La lluvia caía con fuerza, pero en ese momento, el dolor parecía ser un poco más soportable. Sin embargo, la realidad de su situación era innegable. Los gritos a lo lejos rompieron la calma, recordándoles que el peligro siempre estaba al acecho.

—Si algo me pasa... —comenzó Clara, pero él la interrumpió.

—No digas eso. No quiero ni imaginarlo. Prométeme que lucharás —dijo Carl, sintiendo cómo el miedo lo consumía.

—Prometo intentarlo, pero necesito que tú también lo hagas. Prométeme que no dejarás que esto te consuma —dijo Clara, sus ojos brillando con determinación.

Carl sintió que su corazón se rompía.

—Te lo prometo. Pero no puedo imaginar un mundo sin ti a mi lado.

Clara se limpió las lágrimas, su voz volviéndose más fuerte.

—Siempre estaré contigo. Pero debes cuidar de ti mismo. Si me dejas ir, prométeme que serás fuerte.

Con el pecho oprimido, Carl se quedó allí, observando cómo la figura de Clara se desvanecía entre la lluvia. Prometió luchar, pero el vacío que ella dejaba atrás era una carga difícil de soportar.

En el silencio del bosque, la tristeza se convirtió en su compañera más fiel. Mientras la tormenta arremetía, Carl supo que su lucha apenas comenzaba, y que cada paso que diera sería un recordatorio de lo que habían perdido, pero también de la esperanza que aún podían encontrar juntos.

nota de la autora.

Perdón, no puedo parar de hacer OS tristes 🙃

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𝐀𝐋𝐋|ᵗʷᵈ ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora