Rose dejo de sentirse molesta al ver a su novia y a su hija en espera de ella en el despacho de Jennie, la peque se había quedado dormida en esas mochilas de bebés que Jennie usaba para no acostumbrarla a los brazos, y que Jennie preparaba para que Rose se la pusiera, a Jennie en lo particular le encantaba que Rose la llevara, ya que había notado que la voz de la rubia era una especie de calmante para ella. Rose sonrió a su mujer y beso con cuidado a la pequeña Ahyeon cuando se colocó correctamente la mochila.
―¿Estás lista ricitos?―dijo Rose en voz baja.
―Si amor, solo saco copia a unos papeles y nos vamos a ver a tus adorabas monjas.
―dijo en broma Jennie sonriendo a Rose, esta hizo una mueca chistosa.
―Bien, ¿Dónde está el gorrito de Ahyeon? Hay frío ahí fuera. ―dijo acariciando el cabello liso de su hija.
―En su bolsito... ¿Podrías ver si no se ha hecho en sus pañales? Creí verla enrojecer antes de colocarla dentro del cargador...
―Ok... Espero no se moleste.
―No lo hará, se molestará si no la cambias.―dijo Jennie tomando unos casos de unas consultas y salió dando un beso a Rose.
Rose con cuidado sacó a su hija y comprobó que si estaba, bueno, ya saben, pero como buena mamá en segundos tenía a la peque lista y está en medio de risitas nuevamente en su cargador― Se ha despertado, es mejor así duerme más durante la noche. ―observó Jennie regresando con las copias listas.
―Sí. ―dijo Rose que miraba a su hija cómo se destornillaba de la risa aparentemente de nada, pero si supieran como le encantaba a Ahyeon reírse de sus madres.
―Bueno, ¿Nos vamos amor?
―Claro.
Las adorables mamás salieron del consultorio mientras la bebe se reía abiertamente de las caras que ponía Rose, movía los piecitos de un lado a otro de la risa, Rose y Jennie se reían de la chiquita, Rose la llenó de besos mientras Ahyeon chillaba divertida.
Caminaron por el pasillo y subieron a la limusina y con la niña de casi cuatro meses en sus protectores brazos. La peque a pesar de su edad era pequeña, pero muy fuerte, ya sostenía muy bien su cabecita y manejaba sus manitas con destreza, las cuales nunca estaban tranquilas, ahora halaban con fuerza la camisa de Rose intentando acercar el rostro de su madre para curiosear de cerca su nariz, oigan no todos los días puedes comerte la nariz de tu mama. ¿O alguno ha intentado hacerlo con éxito?
―Creo que tiene hambre. ―dijo Rose divertida.
―No, le acabo de dar el pecho.―dijo Jennie sonriendo― Creo que se quiere comer tu nariz, dice que la tienes apetitosa.
―¿De verdad mi bebe ? ―le dijo a su chiquita mientras la limusina ya cruzaba la ciudad― ¿Te quieres comer mi nariz?―la niña dijo buuuuaaa y se rió. Con sus piernitas se impulsaba para intentar ver la nariz de Rose. Jennie intentó calmarla hablando con ella y acariciando sus piernitas.
―Ya, Ahyeon, ya deja de jalonear a tu madre... Vamos cielo mío...
―Piooooooaaabuuu ―chilló la chiquita molesta, ella quería esa nariz y no se lo iban a impedir... Que testaruda ¿A quien habrá salido?
―Ahyeon. ―dijo Rose acariciando su cabecita, pero con voz un poco autoritaria― Tranquila chiquita.―La peque se le quedó viendo arrugó su frente y dio un sonoro grito de protesta y rojita comenzó a llorar.
―Shhhh, tranquila. ―dijo Jennie con una voz muy dulce acercándose a besarla.
―Princesa, no llores... Por favor. ―dijo Rose con voz suave a la chiquita, la niña las miró a las dos y sus lagrimitas de protesta cesaron y se entretuvo con los botones de la blusa de Rose.
ESTÁS LEYENDO
ERES LA MADRE CHAENNIE
Fiksi PenggemarRose no soporta a Jennie y Jennie no soporta a Rose bueno eso dicen ellas pero gracias a sus padres se unirán y revelaran que en verdad se aman. Jennie se ofrece a llevar acabo el experimento de su padre junto al padre de Rose sin saber que terminar...