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LLEVABA EL FIN DE SEMANA EN EL HOSPITAL, EL DIA DE AYER HABÍA EMPEZADO NUEVAMENTE LAS CLASES, sin embargo Melissa le habia pedido quedarse mas tiempo para asegurarse de que todo estaba bien en su cabeza después del golpe que se había dado. La mujer estaba preocupada de que podría tener algún síntoma tardío grave.
Exhaló con aburrimiento, miró su muñeca enyesada; no culpaba a nadie, ella se lo había buscado. Se acomodo mejor en la camilla, lo único que escuchaba era el pitido de la máquina que contaba su pulso. El rechinido de la puerta la hizo voltear hacia esta.
—¿Te encuentras bien?— asintió.
—Si, solo estoy aquí por precaución.— explicó.—¿Qué haces aquí?— no entendía que hacía Derek, el no se había presentado en todo el fin de semana, y aunque no lo dijera, ella lo estaba esperando.
—Vine a verte.—
—Tu corazón no dice lo mismo.— una mueca se hizo presente en sus labios.— ¿Qué haces aquí?— lo vió suspirar.
—Hago crecer mi manada.—
—Claro, un adolescente con serios problemas familiares no basta que ahora vienes a buscar enfermos.— negó con desaprobación.— Esas personas no van a soportar la mordida.—
—No vine por enfermos, vine por alguien en especial.— sonrió.— por cierto, ya no te necesito en mi manada.—
—Que gusto.— rodó sus ojos.— Un "gracias por ayudarme con mi Beta" es más que suficiente.— recordó.
—Te desmayaste de un golpe.— rió.— No eres tan fuerte como creí.— se acercó un poco a ella.— Creo que Peter no te enseñó lo suficiente.—
—No hables de él en mi presencia.—fruncio sus cejas.— Primero me dices que somos unos monstruos, ahora dices que no me enseñó bien y que soy débil.— el azabache cruzó sus brazos.— No puedes ni ordenar tus propios pensamientos y quieres una manada de adolescente.—
—No entiendo porqué defiendes tanto a Peter—
—¿Pretendes que lo odie ?—la expresión del mayor respondió a su pregunta.— Lo único que estás logrando es un odio hacia ti.— confesó.
