Cuando escuchas hablar de amor, imaginas las historias que leías de niña: un romance imposible, doloroso y fugaz, que sólo podría resultar con un final sin atisbo de felicidad. ¿Es esta la excepción?
Abrir los ojos esta mañana me costó un poco más que de costumbre; han pasado 9 días desde que comencé a trabajar en una de las agencias más importantes de la industria, a cargo del fenómeno mundial actualmente: BTS, y la carga laboral no parece aligerarse con el pasar de los días, en parte por mi recién llegada a la agencia, pero, sobretodo, por la trágica manera de comenzar mi relación con los siete chicos, en especial con el líder. Comienzo mi día con un vaso de jugo, procedí a meterme a la ducha a toda velocidad, así quizá alcanzaría a tomar un camino tranquilo a la agencia; aún me cuesta trabajo acostumbrarme al traslado, más aún después de decidir hace 4 días cambiar mi ruta debido al aparatoso encuentro con Kim Namjoon ¿Estoy exagerando? Probablemente sí... ¿Me importa? Absolutamente no.
Tomo mi bolso de la entrada y me dispongo a llegar al edificio con la mayor calma posible, al llegar a la puerta de mi departamento, recuerdo que debí recoger los adornos que compré antes para mi oficina, por lo que regreso rápidamente por ellos; al llegar a la agencia, registro mi entrada, como siempre, y me subo al elevador que está junto a la recepción para llegar a mi piso.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una vez dentro de mi oficina, me dispongo a decorar todo, coloco unas cuantas macetas con helechos, algunos cuadros y jarrones para dar un poco de color al espacio y, una vez que me siento satisfecha con la distribución, tomo asiento para revisar la agenda pendiente del día de hoy.
11:00 am Ensayo grupal Music Core 1:00 pm Grabación estudio vocal line 2:00 pm Comida 3:00 pm Grabación estudio vocal line 4:00 pm Sesión de fotos JHope para VOGUE
Y así la lista se hace interminable, dejándome claro que tendría que hacer horas extras para poder realizar mis tareas administrativas "perfecto, nada como salir tarde un viernes" pensé, notablemente irritada.
El día se pasó volando entre actividades, al momento en que regresé a mi oficina después de todas las actividades fuera, todo mi cansancio se hizo notar, por lo que corrí a la cocina a prepararme un café para soportar la noche, de vuelta a mi oficina, tomé asiento y me puse a teclear como loca para trabajar lo más rapido que mi cansancio me permitiera.
El silencio pronto llegó, pareciera que yo era la última persona en todo el piso, miré el reloj y pasaban de las 11 de la noche, estuve trabajando sin parar 4 horas, eso explicaría por qué mi estómago había empezado a doler por el hambre; suspendí el monitor de mi computadora y tomé mi abrigo para bajar a comprar algo, los puestos callejeros por la noche son lo más delicioso de la zona, no tendría problema en encontrar algo rápido para picar.
Me paré frente al elevador esperando que este llegara a mi piso, al abrirse las puertas, unos ojos preciosos se posaron sobre los míos, entrecerrándose al mismo tiempo que ese rostro familiar me esbozaba una sonrisa: -sigues aquí. -dijo Namjoon con un tono... ¿cálido? casi como si se alegrara de verme. -Así es, he estado haciendo horas extras, la agenda del día estuvo bastante atareada. -Ya veo ¿irás a casa ahora? Dudé por un momento si responder o no con la verdad, pero al final le respondí. -Iré a buscar algo de comer, me olvidé de cenar antes, estuve bastante ocupada. -traté de sonar despreocupada y casual, fallando enormemente en el intento. -¿Puedo ir? Pensaba ordenar algo, pero creo que me vendría bien algo de compañía. Mis ojos se abrieron de par en par, mostrando mi incredulidad. -¿Somos tan cercanos como para cenar juntos? -dije, con tono divertido, dispuesta a relajar el ambiente entre Namjoon y yo. -No, pero quizá podamos serlo -sus palabras se escucharon casi como anhelantes, lo cual hizo que mi pecho se estrujara un poco más...
La noche estaba increíble para estar fuera, el clima perfecto, pocos transeúntes, y un cielo estrellado bellísimo, mientras caminamos por la calle buscando algún puesto de comida callejera en el que coincidiéramos para comer, Namjoon y yo hablamos de nuestras diferencias, la risa se apoderó de nosotros, fue casi como si nos hubiéramos vuelto amigos, todo parecía tan agradable entre él y yo ahora, que sólo por ese momento me sentí plenamente feliz, su compañía resultó ser mas agradable de lo que hubiera imaginado.
-Realmente debiste alejarte la primera vez que hablamos ¿no percibiste mi enojo? ¿o eres aferrado a agradarle a todos? -solté en tono burlón. -Ciertamente, no estoy acostumbrado a recibir ese trato, las estrellas mundiales normalmente estamos rodeados de halagos todo el tiempo ¿sabes? -podría jurar que noté una mirada maliciosa cargada de sarcasmo, la imagen de su rostro al juguetear me hace doler el pecho, sin embargo, ignoro el sentimiento tan pronto como aparece. -Nuca he sido buena para dejar pasar las cosas, tienes suerte de ser agradable, de lo contrario, me aseguraría de cargar tu agenda todos los días de actividades hasta tarde. -¿Y con mi agenda tan apretada tendría oportunidad de volver a salir a cenar contigo? si es así, quizá empiece a hacer horas extras también. Mi corazón se detuvo un momento ¿estoy soñando? ¿Kim Namjoon soltó un comentario coqueto? ¿A mi? él pareció notar mi cara de sorpresa, así que rápidamente me cambió el tema. -¿Deberíamos volver a la oficina? se está haciendo tarde. -Claro, vamos.
Subimos juntos hasta nuestro respectivo piso, y, al filo de mi oficina, Namjoon soltó de repente: -¿Seguirás trabajando? -No, creo que se ha hecho demasiado tarde, debería volver a casa ahora. -¿Vamos juntos? podríamos hablar más en el camino. Por alguna extraña razón me seentí muy cómoda ante su propuesta, yo de verdad tenía ganas de seguir hablando con él. Tomé mis cosas de la oficina y caminamos juntos a casa.
El trayecto se hizo extremadamente corto, por un momento me decepcionó la despedida que se avecinaba y, una vez fuera de mi edificio, ninguno de los dos sabía como decir adiós.
-Piso 4, apartamento 16. Namjoon puso cara de confusión, no parecía comprender la intención del mensaje, lo cual me hizo sonrojar al darme cuenta de la interpretación que podían recibir mis palabras, a lo que me apresuré a responder. -El lunes, pregunta en recepción por mi, podemos caminar juntos a la agencia, aún hay mucho de qué hablar, es una pena despedirnos ahora ¿no? -Dije, en un intento de aminorar la vergonzosa situación. La mirada en su rostró cambió totalmente, parecía conmovido, feliz, sorprendido, todo al mismo tiempo ¿su pecho también se oprime igual que el mío? -Descansa, mánager, espero verte muy pronto. -Al decir esto, tocó ligeramente mi hombro en señal de despedida, lo cual fue suficiente para enrojecer mi rostro por completo.
Siendo las 12:48 de la noche, me despedí de Kim Namjoon, comenzando así lo que entonces no sabía, sería el punto de inflexión en mi vida.