Mi fin de semana transcurría sin mucho que contar, usualmente tomaba mis días libres para ver mis series, salir al cine, a pasear, o lavar la ropa que se acumulaba durante la semana, así que el sábado temprano, lo primero que hice fue deshacer mi cama para colocar las cobijas dentro de mi lavadora, con la esperanza de terminar antes del mediodía y poder salir a comer fuera y sentarme en un café a trabajar en mis proyectos musicales. No soy muy buena componiendo pero últimamente se había vuelto mi pasatiempo. Estaba concentrada en mis tareas del hogar, cuando el chillante sonido de mi celular me distrajo de repente, al acercarme a tomar la llamada, pude ver el nombre de "Nara" escrito en la pantalla.
Nara es la única amiga que he tenido desde que regresé a corea, ya que me fui cuando era muy pequeña para residir en una pintoresca ciudad de California con mis padres y mis abuelos, quienes se habían mudado ahí para encontrar más oportunidades; desde entonces, han vivido de sus restaurantes de comida coreana, pues se volvieron muy populares en todo américa con la globalización del kpop. Al volver de Estados Unidos, conocí a Nara en un evento de intercambio cultural de mi universidad, sólo para descubrir que nuestros intereses eran muy parecidos: estudiar todo lo relacionado con marketing, administración y producción musical para abrir un estudio pequeño que se encargue de darles a los talentos nacientes un pequeño empujón; desde entonces, nuestra meta ha sido la misma y decidimos trabajar juntas para conseguirlo.
Realmente no sé qué haría sin su amistad, ha estado para mi en todo momento, incluso cuando le pido que se aleje en mis intentos por desaparecer cada que mi vida se llena de mierda que no imagino la salida.
-Rosie, deja ya lo que sea que estés haciendo, necesito ir a buscar unos zapatos para la premiación de noviembre. -su voz, tan chillona como siempre, resonaba al otro lado del teléfono, obligándome a bajar un poco el volumen de mi celular para no quedar sorda durante la llamada.
-¡IRÁS A LA PREMIACIÓN DE NOVIEMBRE! Nara, no necesitas un pretexto para presumir que vas a asistir, pudimos encontrarnos ahí y me dabas la sorpresa en persona.
-¿Me estás diciendo que tú también estarás ahí?. -Seguido de la oración, soltó un fuerte grito que definitivamente me hizo explotar los tímpanos.
-Gracias por eso, mi sueño era quedar sorda en sábado ¿a qué hora te veo?Y así mi mañana pacífica dio un giro totalmente inesperado gracias a mi mejor amiga. Muchas veces me pregunté por qué eramos tan cercanas, nuestras personalidades son muy opuestas, supongo que es verdad que los opuestos se atraen, y en este caso, ella es lo único en este momento que ha evitado que me vuelva una sociópata o algo por el estilo, no es que odie a las personas, es sólo que disfruto mucho mi soledad.
Me apresuré a vestirme y bajé corriendo la escalera hasta llegar al recibidor; el ajetreo de trotar cuesta abajo me servía para espabilarme un poco y, con suerte, quitarme la cama de la cara. Tomé el primer taxi que pasó por la avenida y me dirigí al punto de encuentro.
Dentro del centro comercial, me costó trabajo distinguir a mi amiga en el mar de gente que había, por poco me olvidaba de las rebajas de otoño, eran una perfecta excusa para ir y gastar todos tus ahorros en ofertas de cosas que no podrías usar de inmediato debido al frío que se avecinaba. Encontré a Nara justo al lado de la fuente, cabizbaja observando la pantalla del celular, mientras lo levantaba a su oreja al mismo tiempo que mi tono de llamada se hacía presente; ignoré su llamada para colocarme detrás de ella y arrebatarle el dispositivo de la mano, lo cual provocó justamente la reacción que quería; su mueca de enojo rápidamente se suavizó al percatarse de quién estaba parada a su lado, nos abrazamos a forma de saludo y comenzamos a recorrer las tiendas en busca de "un par de zapatos perfectos, no muy altos, no muy bajos, cómodos, y lo suficientemente puntiagudos" en palabras de ella. Tenía la esperanza de no caminar demasiado, pero Nara es la persona más indecisa que conozco, ella le llama ser selectiva, pues siempre encuentra algo que no le parece y al final termina botando lo que sea que llamó su atención en primer lugar, eso explica por qué no tiene novio aún.
Después de exhaustivas 4 horas de recorrer el lugar, finalmente nos sentamos a beber un café en uno de los locales aledaños al centro comercial, yo, como siempre, pedí un latte en las rocas, mientras que mi enérgica amiga pidió una de las bebidas más azucaradas que estaban disponibles en el menú; tomé los vasos mientras Nara estaba sentada atendiendo una llamada y me dirigí a la mesa para entregarle su vaso, no sin antes lanzarle una cara de desagrado a manera de broma expresando que debía colgar esa llamada, rodee la mesa y me senté en mi silla. El café tenía una ubicación bastante buena, se encontraba en uno de los distritos más comerciales de la ciudad, dentro de una plaza en la que había demasiadas tiendas y restaurantes, la vista a través de las ventanas de cristal mostraba cientos de personas caminar de un lado a otro, algunos en pareja, otros paseando a sus mascotas, y unos cuantos más apenas prestando atención por tener la mirada clavada en sus dispositivos móviles.
-¡Qué tal el nuevo trabajo? ¿Te has podido adaptar finalmente?. -La voz de Nara me sacó abruptamente de mis pensamientos, apenas y pude notar que hacía unos minutos dejó de hablar por teléfono.
-Se ha vuelto... interesante últimamente. -Dije, en un intento por permanecer serena, con la cara agachada sorbiendo mi café a través del popote, esto quizá me libraría de hacer mi sonrisa muy obvia ¿por qué tenía esa sonrisa boba?
-Tienes dos opciones, o me dices qué está pasando o te seguiré al trabajo toda la semana hasta averiguar con mis propios ojos el por qué del rubor de tu rostro, y para la primer opción tienes únicamente 10 segundos... 9....8....7...6
-¡Diablos Nara! Nadie dijo que pasara algo ¿puedes por favor tranquilizarte y bajar la voz?
-Así que sí hay algo, tenemos todo el día hermana, y no te dejaré ir a casa hasta que sueltes toda la verdad con esa preciosa boca que intentas esconder tras tu bebida amarga y horrible.
-Hay alguien... se ha dado todo rarísimo y la última vez que nos vimos me dejó confundida, no entiendo de qué va nada de esto. -Mi cara reflejaba mayor preocupación de la que me habría gustado admitir, pero era cierto, toda esta situación me tenía pendiendo de un hilo, preguntándome qué actitud adoptaria aquel chico el lunes, y una parte de mi no deja de pensar que yo misma ocasioné todo esto al invitarlo a pasar a recogerme antes de ir al trabajo, no se en qué mierda estaba pensando.
-¿Es guapo? ¿Alto? ¿Trabaja contigo? ¿Qué edad tiene? ¿Es guapo?
-Por dios Nara, harás que todo el maldito mundo de aquí se de cuenta de lo que estamos hablando. No puedo darte detalles, pero... nuestro primer encuentro fue desastroso, creí que nos odiábamos pero, de repente ya estábamos cenando juntos, y cuando me acompañó a casa acordamos vernos el lunes antes de ir al trabajo...
-¿TE ACOMPAÑÓ A CASA? ¿Y ME DICES QUE ESTÁS CONFUNDIDA? Amiga o eres ciega o eres lenta, es obvio que gusta de ti.La sola idea de gustarle a una super estrella del kpop me suena absurda en la boca de mi amiga, si ella supiera quén es él ¿Me diría lo mismo?
-No te adelantes, nos conocemos hace apenas 10 días, y los primeros 3 no me aguantaba las ganas de lanzarme por la ventana cuando me lo topaba en el pasillo.
-Entonces SÍ trabajan juntos. -Soltó, haciendo énfasis en lo que sería mi tumba moral, me queda más que claro que ahora no soltará el tema al saber que conviviré con él por lo menos, todos los días.
-Por favor no hagas de esto un lío, sólo estoy un poco confundida, es todo...
-El lunes a primera hora quiero detalles de tu encuentro con él o juro por Dios que voy a tu casa y tiro la puerta abajo para obtener respuestas.Si hay algo con lo que no se puede jugar, es con las amenazas de Nara, comenzaba a arrepentirme de haberle contado, pero hacerlo era lo que necesitaba para dejar de darle vueltas. Sí, sólo necesito leer el terreno, saber si sólo es amable, y si resulta que sus actos vienen en un intento de coqueteo, marcaré mi línea claramente, no deseo volver a salir con nadie en lo que resta de, pues de toda mi vida.
Algunas horas caminando después, finalmente llegué a casa y pude terminar todo lo que había comenzado esta mañana. En un abrir y cerrar de ojos el sábado se hizo domingo por la noche y mi cabeza (al igual que mi corazón) estaban hechos un desastre, sólo podía pensar en la mañana siguiente; la noche no pudo ser más larga, no dejaba de dibujar en mi mente sus ojos, sus hoyuelos, sus labios... ¿por qué demonios pensaba en sus labios? ( ¿y por qué me latía el corazón tan fuerte al hacerlo?). Ya está ¿quién necesita dormir? sólo debo trabajar 8 horas seguidas, nada que una taza de café no resuelva, me lleva el diablo.
Y tan pronto como llegó el domingo, llegó el lunes, la hora tan esperada llegó, mierda.
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Roses
FanfictionCuando escuchas hablar de amor, imaginas las historias que leías de niña: un romance imposible, doloroso y fugaz, que sólo podría resultar con un final sin atisbo de felicidad. ¿Es esta la excepción?