El gran faro utiliza fuego para brillar

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La ceremonia de despedida hacia la reina Aemma se estaba dando acabo, pero no era solo para aquella amable reina la cual todos veneraban, era también para Baelon, el pequeño bebé por el que murió y al final el también fue reclamado por el desconocido

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La ceremonia de despedida hacia la reina Aemma se estaba dando acabo, pero no era solo para aquella amable reina la cual todos veneraban, era también para Baelon, el pequeño bebé por el que murió y al final el también fue reclamado por el desconocido.

Todos estaban con la cabeza gacha dando su minuto de silencio, mientras que la pequeña niña lloraba viendo el cuerpo de su madre unido con el de su hermano, detrás de ella y con una mano en su hombre estaba su único tío el cual no lloraba pero se notaba su dolor, la niña se volteó a ver a su padre el cual estaba abrazando a Rhaenyra dejándola a ella de lado ignorando que prácticamente la hizo presenciar la muerte de su madre.

DreamFyre estaba en la punta de aquel monte llorando a su jinete, esa hermosa dragona azul tenía que quemarla ya que Daemon se rehusaba a utilizar a Caraxes para quemar a alguien a quien amo tanto y Syrax era muy pequeña para hacerlo, nadie sabía quién podía darle las órdenes aquella dragona para que soltara su fuego azul y por lo mismo estaban pensando en quemarla a mano propia.

Toda la familia real pasó al frente para ver a quien le hacía caso Dream. Ya había pasado Daemon, Rhaenyra y Viserys la última opción que tenían era la menor de las princesas, la cual al pasar solo se quedó callada viendo a su madre, como si estuviera pidiendo a los antiguos y a los nuevos dioses que la trajeran devuelta con ella.

-tienes que intentarlo, si no las septas la van a quemar- dijo Daemon mientras ponía sus manos en los hombros de su sobrina

-no soy capaz, no puedo dejarla ir- en casi un susurro Helaena

-claro que eres capaz Helaena- Daemon se agachó a la altura de la niña haciendo que lo viera a los ojos -eres una Targaryen...

-tu quemaste a la abuela cuando murió?- interrumpió Helaena

-no, estaba muy pequeño

-te acuerdas de ella?

-no, no mucho- dijo mientras bajaba la cabeza

-entonces no tienes derecho a decirme que por ser una Targaryen puedo o no quemar a mi madre

-Helaena

-sabes, nunca voy a ser tan importante para él como lo es Rhaenyra, siempre voy a ser la segunda hija- Helaena miraba a su padre quien cargaba a Rhaenyra mientras esta lloraba en sus brazos

-no es necesario, no lo necesitas a él, me tienes a mi

-claro- en su voz Daemon noto el sarcasmo sabiendo que ella tenía claro que en cualquier momento él tenía que partir, como siempre lo hacía, y la iba a dejar sola

la niña volteo a ver a su madre por unos segundos más, hasta que tomó fuerza y volteo a ver aquella dragona, apenas la vio sintió un brillo en los ojos de DreamFyre como si hubieran conectado por aquel dolor tan similar que sentían, Helaena pronunció las palabras "Dracarys" y la dragona soltó un gruñido al cielo como si también se estuviera despidiendo e incineró el cuerpo de su antigua jinete haciendo que todos vieran a la niña de cabello blanco con asombro ¿había reclamado a la dragona o era solo ese momento de conexión? Nadie lo sabía, ni siquiera Helaena.

Fire and Gold - Helaena Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora