4| ¿Por qué tan perdida?

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——Qiubo muñeca, ¿por qué tan perdida?

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——Qiubo muñeca, ¿por qué tan perdida?

Sentí que el mundo se detenía por completo al reconocer la voz de Richard. Me quedé quieta, el teléfono pegado a mi oreja, pero incapaz de decir una palabra. El torrente de emociones que había estado reprimiendo se desbordó, dejándome aturdida. El sonido de su voz me sacó de mi pequeña burbuja de rabia y confusión.

——¿Cami? ¿Estás ahí?

——¿Qué quiere, Richard?——contesté, la rabia a flor de piel. Me había ignorado completamente por una semana, y ahora quiere hablarme como si nada.

——Uy mi vida. ¿Y por qué está bravita?——preguntó, y al saber que lo estaba diciendo con una sonrisa solo me enfureció más.

——Yo no soy nada suyo, mucho menos su vida. Entonces a mi me hablás serio——le respondí.

——Cami, ¿es porque no le he hablado?——preguntó. ¿Y entonces por qué más será?

——¡Bravo Richard! A ver si así como adivinas explicas——le dije.

——Muñeca... tuve muchas cosas que arreglar. Perdón.

——Ahora resulta que en toda la semana no tuviste ni un minuto libre para saludar. A mi no me salga con bobadas, ¿si? Si va a llamar después de una semana de desaparecerse al menos tenga una buena excusa.

——¡No son excusas! He estado muy ocupado con la selección, y ya mañana me regreso para Brasil. La llamaba porque quiero verla——me quedé callada, no lo podía creer——La pensé toda la semana, no me diga que usted no.

Me quedé callada. Una parte de mí se moría por verlo, sin embargo. Mi orgullo me martillaba la cabeza constantemente, impidiendome hablar.

——Paso por usted a las seis, póngase más linda de lo que ya es——dijo antes de colgar. Yo negué con mi cabeza, y me permití sonreír un poquito, pero solo un poquito. Porque seguía enojada con él.

Me tiré en la cama apenas llegué a mi casa, mirando al techo, sintiendo que todo me daba vueltas. Después de la llamada con Richard, me sentía un poco menos cargada, pero seguía procesando lo de la cena con mis papás y Julián. No podía seguir guardándomelo más, así que llamé a Natalia. Sabía que ya se había dado cuenta de algo desde que me vio el anillo, pero no tenía idea de lo que realmente había pasado.

El teléfono sonó un par de veces antes de que contestara.

——¿Aló?——respondió con un tono más serio, como si ya supiera que la conversación no sería nada buena.

CONMIGO TE VES MEJOR - RICHARD RÍOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora