🎨𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐🎨

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Dos semanas transcurrieron en aquel enorme castillo y nuestro jóven príncipe vivía en constante aburrimiento. En las clases que les daban sus profesores particulares solía dormirse o distraerse con cualquier cosa; de vez en cuando recordaba el cuadro que había pintado de aquel desconocido, se divertía al imaginar cada facción del rostro que era cubierto por las flores, al punto de que varias veces sus maestros y hasta su madre le reclamaban por no prestarles atención o reírse entre dientes de algo que ellos no tenían idea, Hyunjin automáticamente reaccionaba y trataba de prestar atencion a sus mayores, sin poder contener su risa por la situación de molestia que había ocasionado en ellos.

Mientras tanto, en el otro lado de los muros del castillo un lindo joven de cabello rubio estaba en el mercado comprando algunas especias y verduras que faltaban en su casa, los del pueblo siempre han quedado encantados con este muchacho, era muy amable y siempre estaba con una sonrisa que lograba iluminar las calles a su paso.

- Felix ¿Quieres llevar una sandía? están de temporada y a tus hermanas les agradará. - Dijo el frutero apenas vió al chico pasar frente a su puesto.

- Lo siento, señor Henry, no tengo muchas monedas y justo me alcanza para lo que me hace falta comprar, será para la próxima semana.

- ¿Quien dijo que te iba a cobrar? No, no, este es un regalo para tí en agradecimiento por ayudarme con el negocio mientras cuidaba a mi esposa. - El señor Henry tomó la sandía más grande del local y la colocó en la cesta del joven, haciendo que este se tambaleara un poco por el peso. - Ahora ve y compra lo que te falta.- Felix estaba por negarse a recibir la fruta cuando fué interrumpido. - Y no digas que no lo aceptaras porque haces favores sin recibir nada a cambio, yo te lo doy porque te lo mereces y no digas nada más, vete.

Felix algo avergonzado asintió y se retiró del lugar, compró lo que le faltaba y regresó a su casa. Al llegar, sus hermanas Rachel y Olivia lo recibieron con un fuerte abrazo y después de soltarlo comenzaron a husmear en su canasta para ver que dulces traía, Felix apenas podía caminar con sus dos hermanitas encima, así que les dijo que fueran a jugar mientras el preparaba la merienda.

Entró a la pequeña cabaña y dejó la canasta sobre la mesa, comenzó a sacar todo lo que había comprado para guardarlo en la alacena y dejó la sandía sobre la mesa para cortarla después; al tener todo organizado agarró tres cuencos y un cuchillo, los llevó hasta la mesa y se dispuso a cortar la fruta en triángulos, al terminar, llamó a sus hermanas y las invitó a comer, ellas agarraron sus tazones y salieron otra vez para comer y jugar al mismo tiempo.

Felix también aprovechó de salir, el clima estaba fresco y el viento soplaba de vez en cuando, haciendo que las hojas bailaran produciendo su sonido característico y que el cabello del jovencito también ondeara en la dirección que este deseaba. Durante un largo rato Felix se perdió en sus pensamientos mientras comía y disfrutaba del clima, recordó que hace dos semanas atrás había soñado con alguien, esta persona estaba sentada en el lago admirando a unos cisnes que flotaban por ahí, de repente este joven tenía algo entre sus brazos y comenzó a llorar, todo el lugar se tornó oscuro, comenzó a llover y los rayos y truenos eran constantes; esto más el llanto desgarrador de esa persona desconocida hicieron que el pobre Felix despertara asustado de su pesadilla.

Se preguntaba que significaba ese sueño o de quien se trataba, nunca había visto a alguien así en el pueblo o que se le asemejara, también se preguntaba el por qué estaba llorando y que era lo que tenía entre sus brazos, muchas preguntas, pocas respuestas pero sólo el grito de su amigo Jisung lo hizo despertar de aquel trance.

- ¡Hombre! ¿Acaso tengo que gritar cada vez que te vaya a hablar? Vas a desgastar mi voz de artista.

- Lo siento, Jisung, es que... Estaba pensando.

- Pensando en Yuqi ¿No?

Las mejillas de Felix se enrojecieron tanto que sus pecas casi no se notaban. Yuqi era la chica más bonita del pueblo, hija del dueño de la taberna que su padre frecuentaba y por la cual Felix había caído enamorado.

- N-no estaba pensando en ella... Estaba pensando en otra cosa.

- Ah... ¿Es sobre ese sueño raro que tuviste hace dos semanas? - Jisung tomó uno de los troncos que estaban afuera de la cabaña y se sentó.

- Si, Ji, es eso... La verdad, se me dificulta entender muchas cosas ¿Por qué soñé eso? Si existe esa persona... ¿La podré conocer? Lucía muy elegante en mi sueño, parecía sacado de alguno de los cuentos que nos contaba nuestra nana.

- Debe ser alguien de la alta sociedad, pero Felix, no le des más vueltas a eso, si vuelves a tener un sueño así simplemente no le des importancia, has lo que te digo. - Jisung tomó uno de los pedazos de sandía que quedaban en el plato de Felix y comenzó a comer. - Enfocate en conquistar a Yuqi y sacar adelante a tus hermanas, deja de soñar despierto.

- Está bien, Ji...

Los amigos continuaron charlando hasta que cayó la noche, Jisung ayudó a Felix a preparar la cena, bañar a sus hermanas y colocarlas a dormir; al culminar, Felix despidió a Jisung, cerró la puerta de la cabaña y dejó una llave cerca de la ventana para que su padre pudiera abrir si llegaba tarde, se acostó en su cama, abrazó aquel muñeco de trapo que le había hecho su madre para que no le tuviera miedo a la oscuridad y cerró sus ojos, esperando a que el sueño de hace dos semanas se repitiera para así acabar de una vez por todas con sus dudas.

Musa (Hyunlix) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora