𝚂𝚘𝚕𝚘 𝚞𝚗 𝚌𝚊𝚏é, 𝚙𝚘𝚛 𝚏𝚊𝚟𝚘𝚛// 𝙽𝚊𝚣𝚞𝚗𝚒𝚜𝚝.
Que mañana más agradable, era viernes, último día de su semana por fin.
Por lo menos, se levantó por voluntad propia más temprano, y al no poder dormirse de nuevo, decidió empezar su día. Ese día era de la exposición de su proyecto de orcas pero, había un detalle muy pero muy importante.
— Reich, ¿Dónde estás? — Le preguntó Imperio Japonés a través de la línea telefónica, Reich arqueó una ceja confundida.
— Pues, en mi casa. — Respondió, algo confundida.
— No me gusta esa clase de bromas, ¿En qué parte estás de la sede? — Preguntó de nuevo, Reich empezó a asustarse.
— En mi casa. — Imperio Japonés entendió que no era una broma.
— Reich, son las 7 de la mañana... Deberías estar aquí, la primera clase es con el señor URSS.
— ¿Qué? Mi reloj dice que son las 6, pero buena broma, Imperio. — Río suavemente, sin embargo, la japonesa no hizo un sonido sarcástico en ningún momento.
— Tu reloj está atrasado. — Respondió seca, Reich solo se alarmó.
— ¿Ya el profesor llegó? — Solo escuchó a través de la línea telefónica un sonido dando negativa, Reich se apresuró a alistar su maletín.
— Ya voy para allá. — Tenía suerte de que sus padres no estaban, o de lo contrario, estuviera recibiendo regaños por parte de ellos.
Casi que corrió con la tostada en la boca para la parada donde esperaba unas pocas veces el bus, y no era porque era una citadina pero, a veces le daban asco los transportes públicos.
¿Por qué?
Porque una vez que ella iba subiendo a uno, cayó al suelo de ese mismo transporte y se le pego un chicle en el zapato.
Lo único que pudo hacer fue subirse de prisa, pasar la tarjeta y acceder a los asientos del transporte, mientras iba repasando su exposición mentalmente.
En realidad, no tenía un diálogo claro, pues en la mayoría de veces, los profesores se quejaban de aprenderlo de memoria.
Pues, una exposición es lo que tú pudiste aprender de ella, básicamente, lo que se te quedó en la cabeza, pero no pensamientos tan vagos y sueltos, tenías que moldear un poco más lo que aprendiste para que suene apropiado a tu semestre/grado.
Hubiera seguido perdida en sus pensamientos, pero un saludo la saco de ellos.
— Buenos días, jovencita Reich. — Saludó con su habitual tono neutro y serio a la vez, nada del otro mundo.
— ¿Qué?... Ah... Buenos días, señor URSS. — Saludó de vuelta, no iba a quedar como una mal educada.
— Debería ya estar en el aula de clase... — URSS miro de reojo a Reich, notando que aún tenía migas de pan al rededor de la boca.
— Oh... Eso... Am... — No tuvo excusa, URSS saco una ligera sonrisa, casi invisible, pero estaba allí.
— Aunque no me puedo quejar, también tengo cierto retraso igual que usted. — Disimuladamente le pasó un pañuelo, Reich arqueó una ceja confundida.
— ¿Para que me da esto? — Preguntó, pero recibió el pañuelo de todas formas.
— Tu boca. — Fue simple su respuesta, tanto que Reich pensó que tenía mal aliento.
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𝚂𝚘𝚕𝚘 𝚞𝚗 𝚌𝚊𝚏é, 𝚙𝚘𝚛 𝚏𝚊𝚟𝚘𝚛// 𝙽𝚊𝚣𝚞𝚗𝚒𝚜𝚝.
Roman d'amourURSS, un profesor de historia de universidad... Third Reich, una joven cafetera por obligación. URSS a decidido ir a la nueva cafetería que se abriría ese mismo día, y justo a la hora en la que podía asistir a ella, se encuentra con una joven que al...