URSS, un profesor sabio para todos en la universidad, explicaba con cierta dedicación cada tema, algunos complicados para sus alumnos pero, de cierta forma y pese su carácter, siempre disimuladamente trataba de ayudar a sus alumnos a entender la materia la cual estudio por ocho años.
Reich, una joven que decidió como primer paso de independencia mantener su carrera por si sola, aunque le vaya a costar al principio la ganancia de dinero, sabe que es un proceso y estará dispuesta a pasarlo, todo se puede con disciplina.
Cierto profesor se encontraba explicando un tema a fondo, el cual era el continente asiático y su historia a fondo, pero resumidamente, si bien, hasta a él se le hacía difícil ese tema, escogió una manera fácil de que sus alumnos tuvieran interés en el.
Ya que nunca vamos a aprender nada si no ponemos interés en ello.
— Salen cinco grupos de cuatro... — Habló seriamente.
— ¿Habrá un tema específico para cada grupo, profesor? — Pregunto un estudiante, no sin antes alzar su brazo.
— No, expliquen lo que más le llame la atención pero no quiero ver o escuchar tema repetido.— Los más jóvenes a el asintieron, empezando a dialogar por unos cuantos minutos el como iban a estar estructurados sus grupos.
— La información que tengan será escuchada por la clase y por mi dentro de tres semanas, hagan su mayor esfuerzo. — Sin más, salió del aula cuando escuchó las alarmas sonar, incluyendo la suya.
La hora de el descanso en la tarde había llegado, cuando vio la hora algo vino a su mente.
¿No abrían una cafetería nueva por aquí a esta hora? Pensó, mientras esforzaba su memoria a recordar el momento en que vio aquel lugar.
Cuando recordó donde quedaba, se apresuró a salir de la gran universidad, no demoraría mucho, estaba a dos cuadras del lugar donde trabajaba. Su plan era claro, iría y compraría un café, luego se regresaba, nada más ni nada menos.
Luego de unos minutos se encontró frente la gran cafetería (no tan grande ni pequeña) donde lo que llamo su atención fue un letrero.
Vive cada momento como si fuera el último.
Abrió la puerta, sonando una pequeña campanita que alertó a la joven, quién miro de que se trataba algo emocionada, pues era su primer cliente.
— Buenas tardes, ¿Que desea ordenar? — Habló con un tono carismático, URSS miro la pantalla que mostraba el menú.
— Solo un café, por favor.— Dijo serio, a la vez con un tono amigable.
Vio a la joven asentir, de seguido caminar hasta la máquina de café. URSS no espero mucho realmente, cuando su café estaba servido.
— ¿Lo desea para llevar o para tomarlo aquí? — Preguntó.
— Para llevar, si no es molestia. — Mantenía su mirada fija en el cabello de la muchacha.
Su cabello se veía bien cuidado, seguido de esto era un hermoso color rojizo-naranjado.
— Aquí está su pedido. — Dijo extendiendo el vasito mediano al hombre más alto, quién no tardo en agarrarlo.
— ¿Cuánto sería? — Preguntó educadamente.
— Hum... Son tres dólares. — Habló, viendo un billete de cinco dólares siendo extendido frente ella.
— Quédate con el cambio. — Habló con un tono serio y educado en su voz, Reich quedó sorprendida.
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𝚂𝚘𝚕𝚘 𝚞𝚗 𝚌𝚊𝚏é, 𝚙𝚘𝚛 𝚏𝚊𝚟𝚘𝚛// 𝙽𝚊𝚣𝚞𝚗𝚒𝚜𝚝.
RomansaURSS, un profesor de historia de universidad... Third Reich, una joven cafetera por obligación. URSS a decidido ir a la nueva cafetería que se abriría ese mismo día, y justo a la hora en la que podía asistir a ella, se encuentra con una joven que al...