Karinna fue entrenada por su maestro en la espada cuando ella tan solo tenía 12 años a lo mucho, poco después le inculcaría los valores de las artes extrovitas cuando esta misma había manifestado potencial en ello, creando una llama débil, pero que fue lo suficientemente fuerte como para quemarla. Así que fue más por el hecho de que la niña de aquel entonces no se lastimara sola.
Sin embargo, en sus enseñanzas a la pequeña siempre fue algo escueto y difuso. Más no planeaba que la chiquilla se convirtiera en lo que él fue, y fue por ello que después de su "Eterno" adiós, la tutela de Karinna sobre las Artes extrovitas pasó a ser de sus dos tíos. Es por ello que, naturalmente y con su sed de libros, de manera casi independiente aprendió lo básico a pulso, comenzando a dominar la potenciación de su propio cuerpo para hacer frente a criaturas que le doblaban el tamaño y mejorando las cualidades de su arma, para jamás fallar al asestar un golpe certero.
Sin embargo, aun con todo ese historial detrás, nada la preparó para la información que recibió de la clase de teoría. Había mucho por absorber y entender, y con su cuaderno ahora lleno de apuntes, estaba totalmente agobiada. No podía recordar la última vez que había quedado tan exhausta mentalmente tras un aprendizaje. Esta era la primera vez que vivía la educación de primera mano, y aunque el entusiasmo estuvo ahí, no podía evitar sentirse abrumada con todo lo que ahora debía procesar.
Karinna recorría con un ritmo lento los pasillos aledaños de la academia junto a los campos de práctica, en la pentagonal estructura esquemática de la arquitectura de la misma que se podía apreciar viéndola desde arriba.
En su avance, no podía evitar balancear sus brazos, como si el cansancio se hubiera hecho físico, y entrecerrar sus ojos en un suspiro ahogado. Su cabello, tan rojo como la sangre y tan oscuro para ser escarlata, se meneaba de un lado a otro mientras sostenía sus documentos y útiles. Cada paso que daba, entrecortado con el otro, hacía un tenue eco en la cerámica que constituía su camino.
No obstante, Karinna se vio interrumpida una vez llegó a los arcos abiertos que dejaban ver con claridad los campos de práctica en la lejanía, y de inmediato pudo discernir a lo lejos lo que parecía ser el profesor de belicismo práctico junto a un puñado de estudiantes.
Sin duda alguna, estaba por impartir su clase a otro grupo de alumnado.
—¿Qué locura irá a hacer esta vez? —pensó de inmediato. No obstante, no estaba dispuesta a seguir su avance, sentía la obligación casi hipnótica de presenciar el acto. Fue así como, de un momento a otro, se recargó en el arco, inclinándose y dejando sus cosas a un lado para poder enfocar toda su atención en la visión y atestiguar qué pasaría.
...
Maya de Certs, desde pequeña, desarrolló un temor que, más allá de ser timidez hacia los demás, era un pavor al rechazo y al fracaso, lo que le ocasionó incontables problemas a lo largo de su vida. Pero no había sentido mayor miedo que el que tenía ahora de frente: ese profesor del cual se había estado rumoreando desde el incidente, al que sin duda alguna proclamaban como chiflado y extremadamente peligroso. Si algo sabía Maya de sí misma es que no le gustaba para nada el peligro y evitaría todo lo posible estar expuesta a él.
No obstante, parecía que dicha misión sería imposible.
—Me disculparán, mis queridos estudiantes. Me temo que desde que pasó ese pequeño detalle, los superiores ya no me permiten seguir llamando a colegas del bosque para nuestras queridas prácticas... —dijo el profesor, con voz llena de elocuencia, resonando en el campo ante sus estudiantes—. Por lo mismo, les informo, amigos míos, que esta vez quien evaluará su nivel seré yo mismo, en persona.
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Magsters: Ecos de la Destrucción-Volumen 1 Sombras del Pecado
AdventureEn el mundo de Magsters, donde la humanidad ha sido reducida a una décima parte de su tamaño original tras el catastrófico evento conocido como "Kartasiss Kartanoss", los humanos luchan por sobrevivir en un entorno lleno de peligros. La naturaleza m...