Capítulo tres: Experiencia laboral.

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Heather se despertó temprano, ya que tenia diferentes horarios cada día, en la mañana y en la tarde.

Se levánto a la seis en punto de la mañana, arreglandose el cabello, haciendose una colita de caballo.

Se maquillo su rostro, se puso un labial con un suave color rojo y un poco de rimel; aunque Alejandro le decia que se veía preciosa sin o con maquillaje.

Cuando terminó de maquillarse, vio el quieto y frio cuerpo de su novio, Alejandro. Parece que tenia un poco de frio, ya que su cuerpo temblaba levemente.

Heather tapó a su amado con las sábanas, tratando de lograr que dejara de tiritar; y lo logró.

Se despidió de él, dandole un besito en la mejilla y acariciando su cabello.

- Nos vemos, mi amor... Duérme bien y descansa. Te amo muchísimo. -Le dió un último beso en su frente, saliendo de la habitación y cerrando la puerta tras ella.

Agarró unos cuantos dulcecitos que ella habia preparado antes para llevarlos y venderlos en su pasteleria.

Uno era un Pay de limón, el otro una pequeña torta de chocolate con unas cuantas fresas de decoración y unas cuantas galletitas en forma de corazón con glaseado de chocolate con unas cuantas chispas de colores.

Se veian muy deliciosas.

Tan deliciosas que Alejandro se escabulló en la madrugada y se robó una de

Pero a Heather no le importó; mientras las disfrute, lo permitira.

Se fue caminando a su lugar de trabajo caminando normal y relajada; estaba a solo tres cuadras de ahí, no era problema para ella.

Llegó a su lugar de trabajo, abriendo la puerta cerrada con las llaves que ella tenia, puso un letrero que decia "abierto".

Prendió la luz y puso sus manos en su cadera, mirando completamente orgullosa de todo lo que hizo y consiguió.

Dejando de lado el horrible tormento que pasó en aquella isla, todos los golpes que recibió a lo largo de los desafíos y casi perder sus sentidos autidivos, todo iba bien ahora.

Aunque viendo el lado positivo, ganó la competencia, tiene bastantes amigos y un "terrorifico" novio que lo ama muchísimo.

Ordenó un poco su ambiente laboral, barriendo un poco, limpiando un poco su mesón y algunas mesas que estaban ahí.

- Uff... Ya termine... -Miró la hora en su reloj, se quedo algo sorprendida.- ¿Un cuarto para las siete de la mañana? Debí haberme levantado más tarde.

Se sentó en una silla que estaba ahí, mirando el ambiente un momento y pensando en algo con que divertirse o almenos quitar el aburrimiento.

En eso, su celular empieza a vibrar en su bolsillo, sacandolo para notar quien la estaba llamando.

Vió que Alejandro la estaba llamando.

- ¿Amor, que sucede?

- "Hola, mi amor... Disculpa por llamarte, se que estás en el trabajo... Pero ya te extrañooo..."

Heather soltó una pequeña risita; no le molestaba que su novio la extrañara cuando se iba a trabajar, aunque pasara todo los días.

Le gustaba cuando le mostraba afecto.

- Bueno... En la nevera hay un poco de comida que deje ayer, calientala y cometela.

- "Esta bien, mi amorcito... te extraño mucho mucho mucho... ¡Nos vemoooos!"

- Adiós, querido.

Heather colgó la llamada, ya que Alejandro no sabia como hacerlo ya que lo único que sabia hacer con eso es ver recetas de comida, hablar y llamar con su ella.

¡AleHeather! Vers. Clichés opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora