» Promesas bajo el atardecer

7 1 0
                                    

Era una tarde tranquila en la pequeña ciudad donde Xichen y Wanyin vivían. La luz del sol se filtraba a través de las hojas de los árboles, creando un mosaico de sombras en el camino. Xichen, con su carácter sereno y una sonrisa constante, esperaba a Wanyin en su café favorito, un lugar acogedor con aroma a café recién hecho y pasteles horneados.

Wanyin llegó un poco tarde, corriendo con un ligero sonrojo en sus mejillas. Siempre había algo en su forma de moverse que hacía que Xichen se sonriera. Se acomodó en la silla frente a él, y antes de que pudiera disculparse, Xichen le ofreció un trozo de su pastel.

"Te traje esto para que no te sientas mal por llegar tarde", dijo Xichen, con un brillo travieso en los ojos.

"Eres el mejor", respondió Wanyin, tomando el trozo con una sonrisa.

Mientras disfrutaban de sus dulces, la conversación fluía con facilidad. Hablaban de sus sueños, de sus días, de las pequeñas cosas que a veces parecían insignificantes pero que juntos se volvían especiales. Wanyin se inclinó un poco hacia adelante, su expresión se tornó seria.

"Xichen, a veces me pregunto... ¿qué pasaría si este momento nunca acaba? ¿Si siempre pudiéramos estar así, juntos?"

Xichen lo miró, sintiendo el peso de las palabras. Su corazón latía más rápido. "No veo por qué no. Lo que tenemos es especial. Y quiero que siempre estés a mi lado".

El ambiente se volvió más íntimo, las risas se desvanecieron y un silencio cómodo se instaló entre ellos. Wanyin bajó la mirada, pero Xichen le tomó la mano, su toque suave pero firme.

"¿Te gustaría dar un paseo por el parque después de esto? Solo tú y yo", sugirió Xichen, su voz suave como el viento.

Wanyin levantó la vista, sus ojos brillaban. "Me encantaría".

Ambos se levantaron, y mientras caminaban hacia el parque, la conexión entre ellos se sentía más fuerte. Xichen le habló de su amor por el cielo estrellado, mientras Wanyin compartía historias de su infancia.

El sol comenzaba a ocultarse, pintando el cielo con tonos dorados y rosados. Wanyin se detuvo y miró a Xichen, la emoción en su pecho era palpable. "A veces pienso que todo esto es un sueño".

"Si es un sueño, no quiero despertar", dijo Xichen, acercándose un poco más.

Sin pensarlo, Wanyin se inclinó y sus labios se encontraron en un beso suave, lleno de promesas. El mundo a su alrededor se desvaneció; solo existían ellos, su risa, su conexión, y el deseo de que ese momento durara para siempre.

Cuando se separaron, Wanyin sonrió, un brillo travieso en sus ojos. "Entonces, prometamos no despertar".

"Prometido", respondió Xichen, su corazón lleno de esperanza.

Y así, en aquel instante mágico, supieron que su historia apenas comenzaba

✨💙ONE-SHOT || XICHENG💜✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora