Detenerlo y no se :/

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Mientras Flippy, Flaky, Splendid y Lucy se preparaban para escabullirse, el aire estaba cargado de tensión. La locura de Nibbles resonaba en sus oídos, y cada grito y risa maníaca de él parecía hacer eco en la devastada Happy Tree Town. Los cuatro se movieron en silencio, esquivando los escombros y manteniéndose fuera de la vista de los zombis descontrolados que antes eran sus amigos.

Lucy susurró, su voz casi un murmullo: — Debemos ser rápidos y silenciosos. Nibbles no puede enterarse de nuestra presencia.

Flaky, aún temblando, asintió. — Sí, no podemos permitir que se dé cuenta de que estamos aquí.

Mientras se acercaban a la alcaldía, Flippy se sintió cada vez más inquieto. Había algo en el aire, una sensación de que el destino de todos descansaba sobre sus hombros. Pero se sintió aliviado al ver que su grupo estaba decidido y unidos. Sin embargo, no podía ignorar el creciente peso que sentía en su pecho.

Cuando llegaron a la entrada, se encontraron con un grupo de zombis. Flippy, manteniendo su respiración entrecortada, miró a los demás y rápidamente ideó un plan. — Voy a distraerlos. Ustedes tienen que colarse por la puerta de atrás y llegar a Nibbles.

Lucy lo miró, con preocupación en sus ojos. — ¿Estás seguro, Flippy? No queremos que te atrapen.

Él sonrió, aunque la sonrisa no llegó a sus ojos. — Confíen en mí. Puedo manejar esto.

Sin esperar más, Flippy salió de la sombra, gritando: — ¡Oye, tú! ¡Cerebro de chicharrón!

Los zombis se giraron hacia él, sus ojos vacíos brillando con la luz de un control inhumano. Flippy corrió en dirección opuesta, atrayendo a los zombis tras de él. Cuando giró la esquina, pudo escuchar el eco de sus pasos torpes y desesperados.

Mientras tanto, Flaky, Lucy y Splendid se deslizaron por la entrada trasera de la alcaldía, con el corazón latiendo desbocado. El interior era un caos, lleno de pantallas parpadeantes y los ecos de la locura de Nibbles. Se encontraron en una sala oscura, donde las luces de las cámaras se encendían y apagaban, proyectando sombras amenazadoras en las paredes.

Lucy observó el espacio, sintiendo la presión del tiempo. — ¡Rápido, tenemos que encontrar la tableta!

Flaky se acercó a una mesa llena de dispositivos. — ¡Aquí está! Pero, ¿dónde está Nibbles?

En ese momento, una risa estridente resonó desde el pasillo. Los tres se miraron, y el miedo se apoderó de ellos. Nibbles estaba cerca, y su risa era una señal de que se estaba acercando.

Flippy, aún corriendo, estaba comenzando a sentir los efectos de la transformación que había estado evitando. Las voces en su cabeza se intensificaron, y su mente empezó a girar entre la locura y la razón. Sabía que debía regresar a ayudar a sus amigos, pero cada paso se sentía más pesado, como si el peso del mundo estuviera presionando sobre sus hombros.

Finalmente, logró deshacerse de los zombis y volvió a la alcaldía, decidido a encontrar a sus amigos. Cuando llegó, vio a Flaky, Lucy y Splendid luchando por activar la tableta, pero Nibbles apareció de repente, con una mirada enloquecida.

Nibbles: — ¡No, no, no! ¡Esto es mío! ¡Todo debe ser perfecto!

Flippy sintió que su corazón se aceleraba. Tenía que intervenir. — ¡Nibbles, escúchame! No estás pensando claramente. ¡Esto no es lo que querías!

Nibbles giró la cabeza bruscamente, sus ojos reflejando una locura indescriptible. — ¡Tú no entiendes! ¡Nada es perfecto! ¡Todo debe ser perfecto, o no vale la pena!

Flippy, sintiendo que la locura comenzaba a consumirlo también, tomó una respiración profunda y se acercó a Nibbles. — ¿Perfecto? ¡No! La perfección no existe, Nibbles. Estás destruyendo a todos, incluso a ti mismo.

Sangre Dulce || Happy Tree Friends Donde viven las historias. Descúbrelo ahora