𝐂𝐈𝐓𝐘 𝐄𝐍𝐂𝐎𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑𝐒 ── ❛Bajo el cielo de Italia, dos corazones se tejen en un baile de destinos.❜
𝘌𝘕 𝘋𝘖𝘕𝘋𝘌. . . Adelaide llega a Italia para buscar su lugar en el mundo, se encuentra con un destino inesperado.
Hermosa cover creada p...
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✈ ... CITY ENCOUNTERS
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CAPÍTULO 13
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LA PLUMA DE ADELAIDE manchaba el papel rápidamente mientras llenaba las páginas, demasiado asustada de que la luz de la computadora alertara a Nicholas de que se había escapado de la cama en medio de la noche, un hábito que había adquirido desde niña. Sin importar qué, siempre se despertaba en medio de la noche. Pero esta vez, dormir era imposible de lograr nuevamente; sus ojos la llevaban, a regañadientes, hacia la mesa donde sabía que estaba su cuaderno. De vez en cuando, detenía su escritura y miraba hacia la cama otra vez, observándolo mientras dormía. Por primera vez esa noche, notó la pequeña cicatriz en el lado de su abdomen, resultado de cuando intentó bajar por la chimenea, o la pequeña quemadura que tenía en el hombro de cuando accidentalmente hizo explotar algo en la cocina cuando era joven.
El miedo se deslizaba por la mente de Adelaide, como sombras que tenían mente propia, amenazando con ahogar sus esfuerzos hasta convertirlos en nada más que pedazos muertos de algo que debía ser grandioso, si no estuviera destruido. Pero esta vez no sintió la necesidad de huir, incluso cuando el terror hacía que sus dedos se entumecieran y presionara la pluma un poco demasiado fuerte, emborronando las palabras. Se prometió a sí misma que escribiría hasta que no hubiera nada más que decir, hasta que ese sentimiento se disolviera y la dejara dormir al lado de Nicholas.
Nicholas aún dormía de lado, con un brazo extendido hacia el lugar que Adelaide solía ocupar. Justo cuando Adelaide se dio la vuelta para continuar, él se despertó, sus ojos aún ajustándose al cambio entre su sueño previo y su estado actual de vigilia. Como si su mente finalmente hubiera captado su ausencia y lo hubiera empujado a despertarse, miró a su alrededor en busca de ella, viéndola de espaldas, sin darse cuenta de que él estaba despierto y la observaba.
—¿Amor?— dijo Nicholas, con un tono áspero en la voz.
Adelaide se sobresaltó, su corazón saltando un latido gracias a la repentina interrupción del silencio. Lo observó sentarse con una evidente expresión de confusión, su cabeza girando para mirar por la ventana, solo para darse cuenta de que las estrellas aún dominaban el cielo y el sol no estaba por ninguna parte.
—¿Te desperté?— preguntó Adelaide.
El ceño de Nicholas no desapareció de su rostro, aunque se suavizó un poco al girar su teléfono hacia él para ver la hora, levantando ambas cejas con sorpresa.
—¿Por qué estás despierta a las 4:30 de la mañana?
Adelaide suspiró, frotándose la frente con dos dedos y cerrando los ojos. Eso hizo que Nicholas apartara las sábanas de su cuerpo, poniéndose la ropa interior antes de acercarse. Rodeó los hombros de Adelaide con sus fuertes brazos por detrás y le besó la parte superior de la cabeza, antes de apoyar suavemente su barbilla sobre ella.
