𝐂𝐈𝐓𝐘 𝐄𝐍𝐂𝐎𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑𝐒 ── ❛Bajo el cielo de Italia, dos corazones se tejen en un baile de destinos.❜
𝘌𝘕 𝘋𝘖𝘕𝘋𝘌. . . Adelaide llega a Italia para buscar su lugar en el mundo, se encuentra con un destino inesperado.
Hermosa cover creada p...
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✈ ... CITY ENCOUNTERS
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CAPÍTULO 5
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UNOS GOLPES EN LA PUERTA DE ADELAIDE la sacaron de sus pensamientos y la alejaron del cuaderno abierto. Las palabras, cuidadosamente escritas sobre las líneas, ya no eran su punto de enfoque. Con la mano izquierda dejó el bolígrafo junto al cuaderno, sus dedos manchados de tinta azul después de pasar por encima de las palabras.
Su noche y mañana habían estado ocupadas con su escritura; dormir ya no era una prioridad mientras plasmaba en el papel el día anterior, los altos y bajos por los que sintió que había volado. Todo, desde sentarse bajo un cielo cálido hasta caminar por un museo con un hombre que amaba el amor y estaba dispuesto a ayudarla a ver el encanto de caer en ese fuego que todos describían como amor, fue escrito para no olvidarse con el pasar de los días. Cada segundo que pasaba, Adelaide temía que su memoria se desvaneciera, se destruyera con el paso del tiempo, y se negaba a dejar ir esos recuerdos.
Todo lo que había experimentado el día anterior con Nicholas era especial, algo dentro de ella se lo decía. Llámalo instinto o corazonada, pero fuera lo que fuese, Adelaide no sabía si le gustaba o si le daba miedo. Sin embargo, había una cosa de la que estaba segura: retroceder era impensable.
Sus dedos bajaron el pomo y abrió la puerta hacia ella, quedándose paralizada al ver a Nicholas frente a ella, con una bolsa llena de víveres y una sonrisa en los labios. Por un instante, solo un pensamiento fugaz, deseó no haber decidido ponerse esos pantalones de sudadera manchados de pintura que usó el día que pintó su habitación de un color a otro, junto con esa camiseta enorme que pertenecía a un encuentro casual de hace más de un año.
—Buongiorno.
—Buenos días— respondió Adelaide, esbozando una sonrisa mientras levantaba una ceja al ver la bolsa en sus manos, con una expresión de confusión, esperando a que él le explicara lo que estaba pasando.
—Todos están ocupados, así que pensé pasarme, prepararte algo de comida— Nicholas respondió con una pequeña risa. Si Adelaide no lo conociera bien, podría haber jurado que sonaba nervioso—Y ver si estás enojada conmigo—murmuró mientras pasaba a su lado y se dirigía a la cocina, dejando a Adelaide preguntándose si realmente había tenido la intención de que ella lo escuchara. Pero lo que él deseara no importaba, porque de cualquier manera, ella lo había oído.
—¿Por qué estaría enojada contigo?
Nicholas se tambaleó con sus palabras, dejando la bolsa en el mostrador de granito en un intento por ganar tiempo para encontrar algo que decir sin abrir y cerrar la boca como un pez fuera del agua.
