Capitulo 4🎤

168 3 0
                                    

La alarma de la mesita de noche sonaba con insistencia. Kelly se sentó en la cama con el cabello revuelto, los ojos aún cerrados y un bostezo salió de sus labios.

El despertador sonó a las siete de la mañana. No le gustaba levantarse así de temprano como cuando tenía que ir a estudiar. Aunque claramente amaba mucho escuela, y sacar muy buenas calificaciones. Por algo obtuvo uno de los mejores promedios de su clase ¿Cierto?.

Sin embargo ese día lo ameritaba. Siendo ya veintiséis de septiembre, finalmente el día de las tan esperadas audiciones en el conocido estudio de grabación del grupo, después de veinte largos días de espera.

Kelly se levantó de la cama con una sonrisa de oreja a oreja, tomó su celular, y entró de inmediato a su red social de Facebook. Tenía mucho tiempo de no publicar una nueva canción, ni hacer un live como hacía todos los jueves, ya tenía a sus fans preocupados. No se trataba sólo de Vibe, su inactividad viene presentándose desde mucho antes.

Tocó con un dedo la punta de sus labios pensando en que debería escribir para sus fanáticos. Hasta que finalmente se le había ocurrido las palabras adecuadas para ellos. Con una sonrisa se preparó para escribir su nueva publicación.

¡Amigos y seguidores!💬

Me disculpo por mi falta de inactividad. Muchas gracias por sus mensajes de preocupaciones; y no, aún no he muerto *Emojis de risa* estoy muy bien.

Prometo hacer un live pronto para ustedes y quizás también les comparta una noticia importante, si es que se hace realidad.

Gracias por su cariño. Abrazos y besos.

Después de publicar el mensaje, salió en silencio de su habitación a la sala, para luego ir a la cocina y tomar un poco de agua fría de la nevera.

Se había levantado temprano para ensayar un poco más, no quería llegar a equivocarse a causa de los nervios. Después de beber el agua salió de la cocina.

Mientras subía las escaleras, su padre iba bajando de las mismas lentamente.

—Buenos días, padre—le saludó Kelly con una gran sonrisa. Su padre asintió medio soñoliento antes de responderle.

—Buenos días, hija. Creí que todavía estarías durmiendo— respondió su padre Emilio. Al parecer había olvidado que ese día se llevarían a cabo las audiciones a la que su hija asistiría.

—Hoy serán las audiciones, ya te lo había contado antes, padre—le recordó Kelly mientras negaba levemente.

—Oh sí, lo había olvidado—Emilio se acercó y le dió un beso en la frente—te deseo mucha suerte, pequeña. No estaré más tarde para deseartelo, así que lo hago ahora. Sé que lo harás bien.

Kelly se sintió feliz por el apoyo de su padre. Aún más sabiendo que quería que estudiara otra carrera y no música, él de todas maneras la apoyaba.

—No importa si no te eligen, eres la mejor ante mis ojos— agregó Emilio antes de caminar en dirección a la cocina. Kelly sonrió levemente y siguió su camino por las escaleras.

Al regresar a su habitación, se dedicó a practicar "Dreams to fulfill", la canción que hace un mes terminó de escribir al menos por una hora completa.

Ya daban más de las ocho de la mañana, Kelly había salido del baño envuelta en una toalla alrededor de su cuerpo. Caminó hasta el espejo, y fue cuando escuchó a alguien tocar la puerta.

—¡Hija, baja pronto! ¡Te estamos esperando abajo para el desayuno!—le avisó en voz alta su madre Kayla desde el otro lado de la puerta. Kelly suspiró.

—¡Salgo en unos minutos madre! ¡deja me visto primero!—respondió escuchando los pasos de su madre alejarse. Se acercó a la cama y tomó el Outfit que ya había elegido.

Vistió unos jeans oscuros, blusa blanca con detalles sutiles, unos hermosos botines, además de una hermosa blazer negra, ¿y como olvidar unos pequeños detalles? por supuesto que no podían faltar los pendientes y el reloj.

Después de peinar su cabello, y dar algunos retoques a su rostro, salió finalmente de su habitación. Al llegar a la mesa saludó, su hermano le respondió, sin embargo su madre ni siquiera la miró. Era evidente, aún se encontraba molesta.

Su padre ya se había ido al trabajo, en casa sólo estaban su madre, y hermano. Se sentó  al lado de su hermano Luis, el desayuno ya estaba servido, así que sólo se dedicó a comer en silencio.

El sonido del timbre rompió el silencio.  Kayla se levantó de la silla para abrir la puerta. Con una sonrisa ya se encontraba Paulina levantando la mano para saludarle.

—Hola Madrina ¿Está Kelly todavía en casa?—preguntó Paulina con un toque de emoción. La chica tenía a la vista un pequeño bolso de cosméticos en mano.

—Buenos días, Paulina. Claro, está en la mesa, adelante,puedes desayunar con nosotros—contestó Kayla amable.

—Muchas gracias, me encantaría, usted cocina muy rico, madrina—le halagó Paulina antes de entrar a la casa.

—Hola, amiga—dijo Paulina al llegar a la mesa. Kayla fue hacia la cocina por un plato extra para ella—¿Estás lista?.

—¿Lista para qué?¿y que haces aquí con esos cosméticos Pau?—preguntó Kelly, aunque ya sabía la respuesta. Su amiga era un caso verdaderamente serio.

La madre de Kelly regresó con el plato, dejando que Paulina se sirviese. La chica era considerada como un miembro más para la familia Sans al ser los padres de ambas chicas realmente cercanos.

—¿Pues que se supone que hago?—levantó la mano mostrando el bolso—traigo todo esto para dejarte aún más hermosa, debes dejar una buena impresión en esas chicas, y ser la más bella entre todas también—respondió Paulina antes de tomar el cucharón para servirse—primero dame unos minutos para comer un poco, hace mucho no pruebo la comida de tu mamá.

Mientras desfrutaban del desayuno los minutos pasaron, ahora Paulina se encontraba maquillando a Kelly, al terminar sonrió. Fue algo simple, y no tan exagerado, pero sí muy hermoso.

—Ahora sí, ya estás lista. Quedaste hermosamente divina, amiga— le informó Paulina al cerrar el labial.

Se miró de inmediato al espejo colgado en su habitación. No se sorprendió demasiado por el resultado, Paulina ya la había maquillado en varias ocasiones, y siempre le quedaba increíble.

—Muy hermoso como siempre. Aún recuerdo el día que me maquillaste para nuestra graduación, amo cuando no lo haces tan exagerado. Eres increíble, Pau—le recordó Kelly. Paulina asintió en acuerdo antes de guardar sus cosas.

—Lo sé, pero no es necesario que halagues demasiado. Yo sé que lo soy—Paulina miró su teléfono—ya deberías irte. Son las nueve treinta, y para estas cosas siempre es mejor llegar a tiempo. Ya que no puedo acompañarte porque tengo una entrevista para un trabajo te mandaré mis buenas vibras, sé que te irá de maravilla, creo en tí, amiga.

Kelly abrazó a Paulina—Sí, ya me iré. Muchas gracias, eres la mejor de todas, no sé qué haría sin tí—se separó viendo a su amiga sonreír, y tomó de inmediato sus cosas para salir finalmente de casa.

Se había propuesto a dar todo de sí ese día, y demostraría que podía ser capaz de brillar frente a todos como nunca antes.

VibeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora