La Maldita Verdad

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Hace tiempo que nuestros caminos
se alejaron, como hojas arrastradas por el viento,
pero lo más curioso, ¿sabes qué es?
Jamás quise separarme de ti.

Siempre juré quedarme,
donde me amaban, donde eras mi hogar,
pero fallé, rompí nuestro juramento,
dejé atrás lo que nos unía...

y ahora, aquí estamos,
con vidas que apenas se tocan,
interacciones frías, limitadas,
como si el amor que una vez tuvimos
fuera un sueño olvidado.

No quiero sentirme así,
quiero ser otra vez el motivo de tu risa,
quien limpie tus lágrimas cuando estés rota,
celebrar tus logros como si fueran los míos,
simplemente... quiero tenerte a mi lado,
sin importar los pecados,
sin importar los errores,
los fantasmas que cargamos.

Al imaginarte sonriendo por otros motivos,
me entristece, y a la vez siento
que te liberaste de mí.

Quizá en un tiempo,
tu linda sonrisa y esos ojos brillen
ante un nuevo sol más brillante,
mientras que con mi pálida luz lunar
ya no lo hagan.

Mi mente, cada noche,
sabe bien de quién fue la culpa,
y aunque me ahogo en este vacío,
tal vez tú estés bien,
con la sonrisa de un sol más brillante,
en lugar de mi pálida luz lunar.

Y aunque no lo creas,
esa es la verdad que escondí,
para que el odio no te consumiera.
Pero... parece que lo hizo,
porque no fue la mentira lo que nos destruyó,
fue esa maldita verdad que no pude decir,
la que acabó con todo.

Delirios al aireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora