Un adiós

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(Michael)

Al entrar al baño Michael sacó su celular, lo tenía en la bolsa del pantalón, sus manos temblaban, se sentó sobre el retrete, encendió la pantalla y por un momento observó el fondo de pantalla que había puesto hacia algunas semanas, su mujer y él abrazados, volteando a la cámara, alrededor un restaurant muy lujoso al que habían ido aquel día a comer con unos amigos y que había decidido tomarse esa foto para tenerla de recuerdo una vez que se fueran. Su esposa, la mujer más hermosa, la dueña de su corazón, en esta imagen ella se encontraba al lado izquierdo de su marido, traía una blusa azul de tirantes muy pegada a su cuerpo, mostraba su cintura perfecta y pechos duros y pequeños gracias al ejercicio que les obligaban a realizar, una mujer hermosa, "Te amo" dijo Michael en su mente, contempló también ese pantalón gris, sus piernas, esas piernas que tantas veces había tocado y amaba besar, contempló su sexo, sintió una ráfaga de excitación, y con una sonrisa la controló, él al costado de Jane, abrazándola, su mano en la cintura de su esposa, se alcanzaban a ver los dedos salir de las espaldas de ella, sobre su cintura, y en su hombro descansaba la cabeza de su mujer, de su amada, veía el cabello lacio de su esposa caer por el hombro hasta llegar a la cintura. Simplemente la amaba.

     Comenzó a mover el celular, contactos, Jon, Mensaje:

     —jefe, necesito hablar con usted ¿Me regalaría un momento? Es necesario que me llame para poder salirme del cuarto, favor de hablarme cuando reciba este texto y dígame que es urgente...

     Michael salió del baño, se dirigió a su esposa y se sentó junto a ella, en el piso, querían sentir por última vez el suelo terrestre bajo sus cuerpos, se abrazaron. Un momento después sonó el celular, Michael lo sacó de su pantalón y lo miró, ya sabía de lo que se trataba, Jane se recargó en su hombro que antes había mojado con sus lágrimas, no le importó, solo quería sentir a su Michael cerca de ella, por su parte él "se sorprendió".

     —¿Jon? ¿De nuevo? ¿Qué querrá? —dijo Michael, contestó. —Diga, ¿Qué sucede jefe?... ¿Ahorita?... —solo se escuchaban murmullos del otro lado del auricular que Jane no entendía —pero (se retiró el celular del oído y miró al reloj) pero son las 10 de la noche ¿No podría esperar para mañana? —preguntaba Michael —está bien, voy para allá— colgó y miró a su esposa.

     —¿Sucede algo?

     —No lo sé, solo me dijo el jefe que debe tratar un asunto de mucha importancia a esta hora, no sé de qué se trate.

     —¿Te acompaño? —Le preguntó Jane, Michael solo le dijo que no con la cabeza.

     —Dice que debo ir solo, es extraño —se levantó, ayudó a su mujer a levantarse y la besó en la boca. ­­—Ahora vuelvo, te amo.

     —Está bien, me daré un baño y te esperaré en la cama, no tardes —dijo ella.

Michael abrió la puerta y salió de la habitación.

     Al ir caminando por los pasillos el joven Michael ya sabía cuál era el tema de la plática y las posibles respuestas que podría encontrar, iba dispuesto a todo con tal de lograr su objetivo.

     Abrió la puerta y Jon ya lo esperaba con cierta duda en su rostro.

     —¿Qué sucede Michael? Me asustaste con tu mensaje, ¿Está todo bien? —Jon le hizo una seña de sentarse en la silla que tenía del otro lado del escritorio.

     —Quiero hablar contigo jefe, necesito que me apoyes en algunas cosas y solo tú lo puedes hacer. Esta confianza solo la demostraba estando solos.

     —¿De qué se trata? ¿Necesitas que haga algo por ti cuando te vayas? —Jon se acomodó en la silla y aguardó el comentario de Michael.

     —No Jon, esto es antes de irme y es algo muy complicado, debemos hablarlo muy bien para que todo quede organizado de manera tan perfecta que no haya errores sobre mi petición. —Jon se sorprendió más de lo que ya se sentía.

SEÑALES DEL ESPACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora