Parte 1

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El mal, a diferencia de como muchos piensan, no es algo que nos espera detrás de cada esquina, acechando en la oscuridad, como si esperara el momento oportuno para saltar sobre nosotros. El mal es algo que nos rodea, habita con nosotros en todo momento, pero en un plano diferente, invisible, buscando personas que sean capaces de percibirlo para entrar a nuestro mundo a través de sus ojos. Muchas veces en los momentos menos esperados podemos verlos, aunque sea por breves momentos, cuando una mancha negra se acerca hacia ti desde un costado, pero al voltear desaparece, o cuando vez la sombra de alguien con el rabillo del ojo, aunque nadie este ahí.

El mundo en el que vivimos está compuesto por capas, como si estuvieran superpuestas una sobre otra. A veces esas capas son lo suficiente delgadas para permitir que seres de otras dimensiones pasen a través de ellas a la nuestra, seres intangibles, como espíritus, que pueden vernos con total claridad a nosotros, pero solo pueden hacer poco más que eso. Al ser seres que no existen en nuestro plano no tienen ninguna clase de poder o influencia sobre nosotros, por lo que vagan durante años e incluso siglos en busca de alguien que sea capaz de verlos, ya que, si una sola persona es capaz de percibirlos, su existencia en este mundo es reconocida, y por lo tanto se vuelven parte de él, reales. Lo que empezaba solo como extraños ruidos que provenían de la habitación de al lado pronto se convierten en susurros, y la pequeña mancha en el suelo que aparecía en tu rabillo del ojo mientras veías televisión se convierte en una sombra que te observa desde la entrada de tu casa. Por muy falsas que puedas creer que son mis palabras querido lector, te pido que si ves estas cosas... no mires a un lado.

Es difícil tratar con ellos si se percatan de que eres capaz de verlos, trataran de mostrarse ante ti cada vez más, como si estuvieran hambrientos de atención, y entre más reaccionas a ellos, más aumenta su capacidad de interactuar en nuestro mundo. A veces puedes sentir que estás a salvo, quizás porque sea de día, o tal vez porque vivas con alguien, pero sería tonto pensar de esa forma después de lo que te he contado. El problema con estos seres no es la vida en soledad, tener una familia o estar acompañado no es algo que los ahuyente o les haga cambiar de opinión, después de todo nadie puede estar acompañado todo el tiempo, y tarde o temprano estarás sólo en algún lugar, quizás cuidando tu casa cuando tus padres o tu pareja haya salido a hacer algún recado, o quizás tendrás que ir a la tienda de la esquina sin que nadie pueda acompañarte. La soledad puede que te haga parecer aislado y como un blanco sencillo, pero es el vivir en soledad lo que te recuerda que no hay nadie ni nada más viviendo contigo en tu casa. 

No mires al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora