Capítulo 3

192 18 5
                                    

Cuando First y Khaotung salieron del baño, estaban frescos, relajados y listos para explorar la ciudad. Como era su costumbre, Khaotung había elegido cuidadosamente la ropa para ambos, asegurándose de que combinaran a la perfección. Jeans azules claros, remeras negras y camperas del mismo tono. Además, había guardado algunas cosas en una mochila, siempre previsor, por si surgía alguna necesidad durante el paseo.

Justo cuando estaban a punto de salir, First, con una sonrisa traviesa, optó por cambiarse nuevamente, eligiendo su anterior atuendo: un pantalón deportivo, una remera blanca y un chaleco negro. Con un toque de picardía, comentó:

—Yo también quiero fotos de recién llegado a Busan.

Khaotung lo miró, mordiéndose el labio como quien evalúa una situación, con ese brillo en los ojos que indicaba que estaba decidiendo si dejaría o no salir a su novio así.

—Está bien, pero deja el chaleco y esos pantalones. Ponte... —hizo una breve pausa mientras buscaba entre las prendas de su novio—, esta camisa celeste y estas bermudas. Te verás más como un turista de vacaciones.

First sonrió y accedió. Sabía que Khaotung tenía un ojo infalible para la moda, y confiaba plenamente en su elección. Ya listo, se dispusieron a una improvisada sesión de fotos. Optaron por hacerla justo frente al hotel, donde la playa se extendía con su arena dorada y el azul del mar brillaba bajo el sol cálido y radiante. First se sentó en el borde de la calle, que bajaba como una pequeña escalera hacia la arena, mientras Khaotung se dedicaba a fotografiarlo, capturando tanto la belleza del paisaje como la de su novio.

—La vista es hermosa —comentó Khaotung, ajustando el enfoque de la cámara.

First, alzando la vista, se dio cuenta de que no se refería a la playa ni al mar, sino a él. Los ojos de Khaotung no lo habían dejado ni un segundo desde que comenzaron.

—¿Vas a tomar unas fotos del paisaje? —bromeó First, arqueando una ceja.

Khaotung sonrió con picardía.

—Lo estoy haciendo. Tú eres el mejor paisaje aquí.

A su alrededor, algunos turistas pasaban curiosos, observando de reojo a la pareja, pero sin prestarles demasiada atención. Otros disfrutaban del calor y del mar, algunos tomando el sol, mientras unos pocos caminaban por la orilla. Pero First y Khaotung estaban inmersos en su propio mundo, uno en el que solo existían el uno para el otro.

Terminada la sesión de fotos, regresaron al hotel. Khaotung, siempre perfeccionista, no pudo evitar insistir:

—Ahora, amor, tienes que ponerte la ropa que te elegí. Vamos a hacer lo que hacen las parejas: ¡combinar! —dijo con una sonrisa de felicidad.

—Siempre combinamos... —respondió First en tono juguetón, pero el fulminante vistazo que recibió de Khaotung le indicó que estaba entrando en terreno peligroso. Ese gesto en lugar de intimidarlo, le pareció adorable, por lo que sonrió y añadió—: Lo que tú digas, mi amor.

Khaotung, satisfecho con su respuesta, le tomó la mano y lo guió de vuelta al ascensor.

Una vez dentro, la atmósfera entre ellos cambió de inmediato. Estaban solos, y Khaotung, sin pensarlo dos veces, se acercó para besarlo, sujetando el rostro de First con ambas manos, sus labios suaves e intensos, llenos de pasión contenida.

—Eres más guapo que cualquier paisaje —susurró Khaotung entre besos, rozando su nariz con la de First—. Y más caliente que el mismísimo sol.

First soltó una risa baja, pero no detuvo el beso, sus manos buscaron la cintura de Khaotung, atrayéndolo más hacia él. El calor entre ellos comenzó a subir rápidamente.

Mí Estrella | First x KhaotungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora