Mí Estrella | First x Khaotung

Capítulo 5

6 de octubre

Los primeros rayos del sol se colaban a través de las cortinas entreabiertas, bañando la habitación en una luz suave y cálida. Las sábanas estaban arrugadas, testigos del amor compartido la noche anterior, mientras las maletas, aún sin desempacar completamente, se encontraban en un rincón de la habitación. Apenas estarían allí un par de días, ya que mañana regresarían a casa. A pesar del desorden, el ambiente se sentía acogedor, íntimo, como si el mundo entero se hubiera reducido solo a ese espacio.

En la cama, los cuerpos de First y Khaotung permanecían entrelazados, abrazados como si nunca quisieran soltarse. Khaotung dormía profundamente, como siempre lo hacía, descansando sobre el pecho de su novio, aferrado a él como un koala, con una pierna sobre su cadera, abrazándolo con un brazo, y su rostro escondido en el cuello de First, respirando su esencia, su olor familiar que le brindaba seguridad. A First no le molestaba, podría decirse que ya estaba acostumbrado, y que incluso le gustaba.

First fue el primero en despertar, entrecerrando los ojos y parpadeando varias veces mientras intentaba adaptarse a la luz suave de la mañana. Siempre había sido más madrugador que Khaotung, y disfrutaba enormemente de ser quien le llevaba el desayuno a la cama cuando estaban en casa. Se desperezó lentamente, tanto como el peso del cuerpo que lo aprisionaba se lo permitía. Luego, giró la cabeza hacia Khaotung, observándolo dormir. Se quedó así durante unos minutos, que para él se sintieron como horas, contemplando sus respiraciones suaves y el rostro completamente relajado. Una cálida sensación de amor lo invadió. Khaotung siempre tenía esa capacidad de hacerlo sentir pleno, como si en esos momentos de paz, el mundo entero estuviera en perfecta armonía.

First deslizó su mano lentamente por la espalda de Khaotung, con ternura, sabiendo que tenía que moverse, pero sin querer perturbar ese momento. Afortunadamente, Khaotung tenía el sueño pesado, y con cuidado, lo movió un poco para poder liberarse, quitándose el cuerpo ajeno de encima. Khaotung se removió levemente, apenas abriendo los ojos con una expresión soñolienta.

—¿A dónde vas...? —preguntó Khaotung, su voz suave y arrastrada por el sueño.

—Al baño, sigue durmiendo, amor —susurró First, acariciándole el cabello para tranquilizarlo.

Khaotung murmuró algo incomprensible, asintiendo, y sin abrir los ojos por completo, abrazó la almohada que aún conservaba el aroma de su novio, hundiendo el rostro en ella con un suspiro contento. First sonrió, su corazón hinchado de ternura al verlo tan a gusto. Sabía que Khaotung necesitaría descansar, especialmente hoy, que sería un día importante para él.

Con movimientos ligeros, First se levantó de la cama, dejando que Khaotung siguiera sumido en sus sueños. Ordeno rápidamente el desorden que invadía la habitación y, con una sonrisa divertida, tiro a la basura los trozos de la prenda que rompió. Luego, tomo algunas ropas de su maleta y se dirigió hacia el baño, en silencio, mientras su mente comenzaba a organizar los detalles para la celebración del premio que estaba seguro de que Khaotung ganaría.

Durante toda la mañana, First estuvo inmerso en la organización de cada detalle de la sorpresa que había planeado para Khaotung. Después de un desayuno ligero, se aseguró de que todo estuviera en su lugar y no dejó nada al azar. Iba de un lado a otro, verificando las flores, el lugar, la comida que había encargado, con P'Som a su lado, ayudándolo en cada paso. Aunque First tenía todo bajo control, quería que todo fuera perfecto, porque deseaba que esa noche fuera absolutamente inolvidable.

No era el primer premio que recibiría Khaotung; su interpretación como Gaipa en Moonlight Chicken le había valido su primer galardón actoral. Habían festejado durante días esa victoria, rodeados de sus familias, amigos, risas y brindis interminables. Pero esta vez, el premio sería por su música, un logro igual de significativo, y First quería que la celebración fuera tan especial como la anterior. Si aquella vez fue grandiosa, esta debía ser perfecta.