Cap. 7 "Decepciones"

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Zenitsu sentia su cabeza palpitar, pero gracias al medicamento que le suministro Tamayo-San el dolor iba disminuyendo poco a poco.

Kaigaku estaba sentado de brazos cruzados junto a su camilla, notablemente molesto por perder su tiempo de clases.
Ser un chico rudo no significaba ser un burro, él tenia el tercer puesto de los de tercer año, por debajo de la enana de Shinobu y el insufrible de Douma.

—Espero que no vuelvas a hacer esto. —gruñó —O quemare tus estupidos libros. —agregó.

—Lo siento, Aniki. —se disculpó sintiendose miserable pero feliz de que su hermano se preocupara por él, ya que cuando se desvelo leyendo "Butterfly" nadie lo ayudo.

Recuerda ese día como uno de los peores de su antigua vida, al estar cansado su audición afectaba mucho su cabeza, puesto que la habilidad parecia amplificarse al no poder enfocar su atención y todo le parecia demasiado ruidoso. Sus compañeros de universidad no le prestaron atención cuando les pidio que guardaran silencio y en su trabajo solo le gritaron que no confundiera los pedidos o seria despedido.

Su rendimiento intelectual como laboral fueron horribles y a duras penas pudo regresar a casa esa noche, totalmente derrotado, por eso se juro a si mismo nunca volver a desvelarse.

—Prometo moderarme. —dijo sintiendo sus parpados cerrarse lentamente mientras bostezaba.

Kaigaku soltó un suspiro cansado al ver que el rubio se habia quedado dormido y procedio a acariciar su cabello con resignación.

—Eres un idiota. —susurró sonriendo un poco más tranquilo.

Al menos ahora el rubio parecia escucharlo y espera que se mantenga así, ha notado su esfuerzo en el club pero también sus nuevas amistades e intereses.

Espera de corazón que busque cosas que lo hagan verdaderamente feliz y que no se engañe con cosas que realmente no hacen más que lastimarlo o consumirlo.

Tsuyuri era una de ellas, esa chica le lleno la cabeza de tonterias hasta el punto de crearle una obsesión.
Nunca debio permitir que Zenitsu pasara demasiado tiempo en su compañia cuando eran niños, en principio porque ella era una niña que venia de un horfanato donde no trataban muy bien a los niños y tenia ideas erroneas sobre como demostrar afecto.

Y al recibir afecto de verdad Kanao deseo más, más amor, más cuidado, más atención.

—Por favor ya no la sigas, ella no es lo que aparenta. —pidió apartando su mano de la cabeza del rubio.

Kaigaku sabia diferenciar a las personas y desconfiaba sobre todo de aquellas que aparentaban inocencia.

Se levantó de la silla y tomó su mochila saliendo de la enfermeria de manera silenciosa.



Zenitsu desperto luego de unas horas y noto que su hermano se habia ido, se sento lentamente en la cama y busco su celular que habia dejado debajo de su almohada.

Eran las 11:30 am, o sea que habia dormido 3 horas con 30 minutos.

Se rescoto de nuevo debatiendo mentalmente si quedarse acostado hasta la hora del almuerzo o interrumpir a mitad de su clase de matemática, sin embargo como ya conocia al profesor era mejor la primera opción.

En ese momento escuchó los pasos suaves de alguien acercandose a la puerta de la enfermeria y luego tocaron esta, la puerta se abrio un segundo despues y ante él aperecio Nezuko quien le sonreia dulcemente.

—Hola presidente. —saludó la chica al ingresar.

—¿Nezuko-Chan? —preguntó confundido reincorporandose en la camilla —No deberias estar en clase.

¡Saquenme de esta novela! [TanZen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora