-Sano'o y Souji-kun han comenzado una relación. ¿No estás feliz, Tsuku?-
-Por supuesto que estoy feliz. ¿No lo ves?-
Pero el fuerte sarcasmo presente en la voz de Tsukuyomi y las risas divertidas de Amaterasu dejaron en claro cuánto revuelo y sorpresa había causado la noticia en todas partes.
Y si muchos se habían preguntado cómo alguien tan venerable como Susano'o se había dejado engañar por un oni peligroso, las deidades de alto rango habían bromeado sobre el incidente o habían fingido que no pasaba nada para no despertar la ira de Izanagi y de sus hijos.Porque una cosa era expresar decepción y mostrar curiosidad genuina hacia una situación en la que no estas abiertamente involucrado, y otra cosa era cuestionar directamente las decisiones del propio Izanagi, quien había permitido el inicio de esa relación tan inusual.
Y al final, con el paso de los días y de las estaciones, nadie volvió a mencionarlo. Habían comenzado a llevar sus respectivas vidas nuevamente con monotonía, tratando a Okita Souji como a un igual.Aunque esta paridad que creían existente no estaba destinada a durar mucho.
Y Amaterasu y Tsukuyomi, que eran hermanos de Susano'o, lo sabían mejor que nadie.-Qué alegría. Debo darles a ambos mi más sincera bendición.-
-Oh, es obvio, mentiroso. ¡Estás tan emocionado que tu cara se puso roja de emoción!-
Amaterasu sonrió con picardía al ver que el rostro de Tsukuyomi de repente se contraía de vergüenza.
-Cuando Souji-kun se convierta oficialmente en dios, ¿qué harás? ¿Provocarás un eclipse lunar sin poder aferrarte a la verdadera naturaleza de tus sentimientos?-
-¡Basta! Nunca podría permitir tal humillación. ¡Nunca sucederá!-
-Pasará si no arreglas esa corbata de inmediato, créeme. Muévete y vámonos, corremos el riesgo de llegar tarde a la ceremonia.-
Tsukuyomi resopló nerviosamente. Los dedos temblorosos ajustaron con obsesivo cuidado la corbata oscura que llevaba y adornaba su elegante traje, y Amaterasu se encontró sonriendo espontáneamente.
"Es más terco de lo que esperaba. Pero bueno, al menos Souji-kun se ha encariñado con él. Simplemente no tiene el coraje de admitirlo."
Okita ahora era parte de su familia.
Tsukuyomi fue el primero en intentar que ciertos sentimientos salieran a la superficie y lo abrumaran, pero al intentarlo comprendió que había fracasado desde el principio, que ya era demasiado tarde. Y a ella le ocurría lo mismo: Amaterasu, la espléndida y orgullosa diosa del Sol, se había encariñado con un oni cuyo severo destino estaba a punto de traerle un final atroz.Sabía muchas cosas, incluso más que su padre. Había guardado silencio para no causar sufrimiento a ese hermano despreocupado cuya sonrisa constante había aprendido a amar. Y así, egoísta y culpable, había llegado a la conclusión de que tenía que encontrar una manera efectiva de acabar definitivamente con la maldición que consumía a Okita.
Pero por ahora tenía que quedarse callada y esperar. Es más, no se habría atrevido a abrir la boca durante el día más hermoso y esperado de Susano'o.
Por una vez, pondría su papel de hermana mayor por encima de todo.Su familia era sagrada. Y mantener intacto este carácter sagrado era su deber. Independientemente de las consecuencias.
Honor. Coraje. Fuerza. Determinación.
Éstas eran las cuatro reglas que Okita se había obligado a respetar.Ser un samurái honorable requería una gran responsabilidad, a la que se prometió aferrarse en cada momento de su existencia, y no sólo durante las batallas.
Acercarse a Susano'o había sido muy fructífero no sólo para sentirse amado y aceptado, sino también para poder dominar plenamente su talento. Las de ser feliz y poder dar lo mejor de sí habían sido dos posibilidades irrepetibles, y no quería desperdiciarlas. Quería crear un nuevo estilo de lucha, nuevas técnicas y estrategias que le permitieran poner a Susano'o en dificultades. Porque era cierto que era fuerte, y que igualar su talento era casi imposible, pero Susano'o le plantaba cara en todo lo que hacía y, en cierto momento, tras otra derrota más, Okita se preguntó qué estaba haciendo mal.
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Kintsugi | Susano'o/Okita
Fanfic¿Okita Souji, un demonio de origen y confiabilidad desconocidos, encargado por el Supremo Izanagi para restaurar el orden en la Tierra? Era impensable. Sobre todo, decidir emparejarlo con un guerrero venerable y feroz como Susano'o fue un verdadero...