Se mira unos segundos por el espejo del baño, sus labios están ligeramente hinchados debido a que Megumi empezó a morderlo cada vez que lo besaba, no podía negar que le gustaba la sensación, exceptuando que cuando ya no quiere besarlo... prefiere morder su cuello, lo que lo ha llevado a usar bufanda últimamente, sumado a esto, el hecho de que Megumi evade la pregunta de que si son algo.
-Yuji... ¿porque usas eso? No hace frío -pregunta Sukuna señalando la bufanda azul que lleva su gemelo- ¿y cuando te compraron eso? -tenía demasiadas preguntas al respecto, ya que lo usual es que sus padres les compren ropa similar o a juego, como es el caso de las sudaderas rojas que llevan.
-Ah, esto... es... un regalo, me lo regaló un amigo -sostiene la prenda con un poco de fuerza para evitar que su gemelo se la quite- sabes que yo soy una persona sensible al frío, así que... mejor es prevenir ¿no?
-Claro -entrecierra sus ojos notando que sus orejas se han puesto rojas, no obstante prefiere fingir creerle ya que si lo presiona, es probable que se vaya corriendo o evada el tema, por lo que opta por averiguar que oculta- ¿y que amigo te lo dio?
-Pues... -cierra sus ojos pensando en una excusa, aunque su mente no pueda pensar con claridad debido a los nervios por ser interrogado- ¿Megumi? -no le quedaba de otra que soltar parcialmente la verdad, más no le diría nada con respecto a quedarse en la habitación de él.
-¿Desde cuando son amiguitos? ¿Te hizo algo? -su ojo empieza a temblar, si lo viera en ese momento, sería capaz de empujarlo por las escaleras, ese idiota no le daba buena vibra.
-No me hizo nada, solo... sucedió, coincidimos cuando fui a entrenar al gimnasio y ya, hablamos un rato, nos conocimos mejor -retrocede sin aflojar el agarre de la bufanda, sabe que su hermano pegaría un grito al cielo si ve las marcas en su cuello, o peor, llamaría a su hermano mayor, al cual por fortuna no lo ha visto aún debido a la diferencia de clases y edades.
-Ten cuidado con ese tipo, no sabemos que mañas pueda tener, no estés aceptándole regalos así nada más, algo debe querer -le advierte en tono serio, Sukuna presentía que algo estaba escondiendo su gemelo.
-Entiendo... -murmura dándose la vuelta para irse a clases.
Más tarde esa misma noche, Yuji es nuevamente invitado a la habitación del azabache.
-Yuji... ¿de nuevo vas a salir? -pregunta Junpei frotando sus ojos debido a la luz de la linterna.
-Si, lo siento si te desperté, voy a ir a la habitación de Megumi, es probable que me quede a dormir -responde buscando entre sus cosas su pijama junto a la bufanda.
-Me alegro que ustedes se hayan hecho amigos -suelta un bostezo acurrucándose en su cama- descansa.
-Igual tú -cierra con delicadeza la puerta y camina de puntitas por el pasillo hasta llegar a la puerta del azabache- hola...
-Pasa, ¿porque lo trajiste? Yo te la regalé -dice Megumi extrañado por la prenda que trajo el pelirosa, no es que se la haya querido regalar, es solo que al ver que no tenía con que cubrir las marcas, no le quedó de otra que dársela.
-Megumi... creo que deberías ser un poco más delicado con tus... mordidas -sus mejillas se tiñen de rojo al decirlo- Sukuna me vio con la bufanda y me comenzó a hacer preguntas que no me quedó de otra que decirle que nos hicimos amigos.
-Ya veo... -responde acercándose a Yuji- ¿le has dicho que vienes a mi habitación? -acaricia sus mejillas con delicadeza, al verlo negar sonríe y se acerca a su oído para susurrarle- me parece bien, no quiero que mi novio tenga problemas, es mejor no decirle a nadie.
-¿No-novio? -Yuji al escuchar esa palabra se emociona por dentro, no esperaba que Megumi lo tomara como su novio, después de todo, llevan apenas dos semanas con esa clase de juegos.
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Los juegos de Fushiguro (FushiIta)
FanfictionCon tan solo 12 años, Fushiguro Megumi tiene su primer despertar de pre-adolescente, todo esto luego de obsesionarse con los libros homoeróticos que tomó prestado de la biblioteca de su primo Naoya, en otras palabras, fue a escondidas para llevarse...