3 ~ La vida después del infierno

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"Cuando conocí a ese chico, que venía de afuera, de la explosión, todo sucio y mugriento me sentí de alguna manera... Entendido, no porque me haya pasado exactamente igual, sino que algo en común tenía con él".

"Recuerdo que me le senté al lado, hablamos y resultó ser buena persona y con un corazón bastante humilde".

Esto fue lo que me dijo Héctor, después que yo llegará al orfanato, a la zona de emergencias.

El padece, lastimosamente, de la enfermedad de la epilepsia que es algo que puede pasar en cualquier momento... ¿Por qué a mí, la única persona, con la que me entendía?

Me senté a llorar en la esquina de la cama todo destrozado y de pronto... Una mano me consuela en la espalda y me dice: "Ey, tranquilo él está bien". Me volteé y era ella, la chica que siempre me veía en los juegos.

Le dije: "H-hola", y ella: "Te fuiste de una manera increíble, ¿cómo evadiste esos guardias?". Le dije que fue algo repentino y después me dijo: "Si si, todos piensan eso aquí... ¿Por qué te fuiste...?".

Sus ojos se aguaron un poco, y me intento abrazar, pero la pena invadió su cuerpo.

"No sabes lo que pasó aquí cuándo te fuiste...". Me quedé loco, asombrado: "¿Qué? ¿Qué fue lo que pasó?".

Era yo, era yo, yo sabía, me contó que gracias a mí y fútbol, movían grandes cantidades de dinero gracias a... ¿Mí? Habían hecho contratos a mi espalda... A otras compañías.

"Tengo que hablar en voz baja, nadie sabe esto sino tú y yo, ahora". Me dijo Deyna: "Pero te fuiste y....". Deyna no aguanto y empezó a llorar... "¡Todos sufrimos...! ¡Todos! Eras tú que mantenía el equilibrio aquí, con tus goles, y tu fútbol. Hasta me sacaron a mí de mi equipo". Ahí fue cuando me di cuenta... Que ella también jugaba este deporte.

La consolé, le dije que no llorara más, llorar no sirve cuando hay un corazón dispuesto a cualquier batalla.

Se calmó y me dijo.: "Todo es tu culpa maldita... Marián". Cuando mencionó el nombre Marián, me quería desmayar. ¿Todo era una mentira...? Estos largos, largos, años, una maldita mentira. Pero, ¿por qué una persona como Marián...?

"Escucha, mira, tengo que regresar, sí". Me dijo, en el desespero le contesté: "¡Ey!, ven acá Deyna, ¿dónde vas?". Luego, la perseguí al final del pasillo, ella se volteó y me dejó una nota que decía:

"Aquí no puedo ni mover la boca, nos vemos a las 6:00 en el Cannon Hill, ¿ok?"

Entonces salió corriendo hacia su habitación, yo me quedé... Guao, nunca había tenido tanto contacto con una chica... Me acordé... ¡Héctor!, regresé rápido a la sala. Se veía bastante mal... Le dije: "Ey, anímate... ¿Héctor...? ¿Héctor...? ¡Héctor!". De pronto llegan los enfermeros a la sala y a atenderlo porque no quería hablar.

Me incliné en su cama, estaba loco, quería romper todo, me tuvieron que detener, luego les pregunté: "¿Qué es lo que tiene Héctor...?". No me querían responder los doctores. "¿¡Qué es lo que padece mi amigo!?", ya se me salían las lágrimas... Luego me movieron fuera de la sala.

Estaba esperando, afuera en una silla por las noticias, llegó uno de los enfermeros, me dijo: "Está un poco mejor, al menos lo tenemos controlado, prometo su recuperación dentro de unas semanas", le volví a decir: "¿¡Que cosa tiene mi amigo, idiota!?". Luego... se fue, así, sin más.

Salí de ahí, por lo menos, tranquilizado por él. Regresé a mi lugarcito en taxi, y me puse a practicar definición, porque Harry me había regalado un balón. Disparando, disparando, mejorando el tiro, me puse reflexivo, parecía que... Todo el dolor que había pasado, de alguna manera me servía en mis partidos.

Se me fue el día en eso, se hicieron las 6:11 pm. Me bañé, me puse mi mejor ropa y salí, pero sin antes... Llamar a Harry. ¿Por qué?, para que me prestará un perfume, ósea, ¿pensaban que iría a mi primera cita oliendo a podrido?

Yo, yo, no sabía... ¿¡Que... ¿¡Un torneo ahora!? Me comentó Harry, imagínense enterarse en ese momento, el partido era mañana a las 7:00 am, no me podía acostar tarde. Le dije también que yo no, no tenía tacos en ese momento para jugar.

"Yo te los consigo", que felicidad... "Eres una buena persona, Harry". Le dije que tenía una cita en este momento, pero él me cortó. Tenía que apurarme.

Llegué al parque, un poco tarde, se veía un ambientazo en el cielo y en el lugar. Me tardó encontrarla, debido a lo grande que era el Cannon Hill. Lo localicé, sentada en una banca de espaldas, frente al río, bajo un árbol.

Cuando ella me vio de lejos me llamó y dijo: "¡Por aquí, ven!", me senté y charlamos largo y tendido mientras bebíamos, primero me comenzó a decir el infierno que vivió después que me fui, luego sus mejoras en la temporada... Lean bien... Ella hizo 62 goles, ¿62 goles?, sí. "Si, sí, mi equipo y los que contra me enfrento no tienen tanto nivel, ¿sabes?". Deyna era una chica sorprendente.

"Mira, una preguntita, tú... ¿En qué equipo juegas ahora?", me preguntó... "En el Birmingham City, ¿por?". Su cara de sorprendida me decía todo... "¿¡Cómo así!? ¿En qué momento, tú... Llegaste al Birmingham City?".

"La verdad, fue el destino, me encontré al entrenador Harry Stores y me comentó sobre el equipo", Ella me decía...: "Hay, que suerte la tuya, ¿no tendrán espacio para mí?"

Fútbol para mujeres, en ese año era prácticamente nulo, algo tendría que hacer por ella. Le dije que viniera mañana conmigo temprano a mi partido, y al final hablará con mi técnico, para ver. "Me encanta eso, trataré de pararme súper temprano... Mira la hora, capaz que me dejan afuera del edificio", me dijo. "Son las 10:32 pm, ¿¡Qué!? ¡No pensé que era tan, tan tarde!", dije yo.

Me despedí, y le dije: "¿No falta algo?", me contestó: "Creo que sí". En ese precioso momento, el tiempo se puso más lento, me acerqué y la besé, se sintió espectacular. Uno de los mejores momentos de mi vida.

Todo era perfecto, hasta las 10:34 pm. No debimos quedarnos tan tarde.

Angel Márquez © 2024



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