Reminiscencia

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Marzo, 2016.

Los jóvenes caminaron por los corredores del colegio sin mediar palabras. Kiara no paraba de observar las aulas y a los estudiantes en su interior. <<Aquí todos tienen un celular mas grande que el anterior>>. Todo era nuevo para ella, venía de una modesta escuela pública en Tandil y ahora se sentía fuera de lugar en un instituto privado, pero su padre no tuvo mas opción ya que resultaba muy difícil encontrar un lugar en el sector público. Miró a su nuevo compañero y se sintió más incomoda aún, iba en total silencio, con la mirada en cualquier lugar menos en ella. <<No es muy social>> se quejó.

—Secretaría es ahí —señaló una puerta gris al final de un corto pasillo—. Te espero aquí, no te preocupes.

—Bien, confío en que estarás cuando salga— intentó animar el ambiente con una pequeña sonrisa.

—Sí ­—contestó la sonrisa apenas con una mueca.

Kiara se dio por vencida y pasó a la oficina que le habían indicado. Al entrar casi atropella a un profesor que salía de allí, era justamente su preceptor, aunque ella no lo sabía. Era un hombre joven, que se disculpó con ella y le cedió el paso como todo un caballero riéndose un poco del accidente. Llegando al corredor se cruzó a Jonathan.

—Ricci —se frenó asombrado. —¿Qué hace aquí? Ya es hora de clase.

—Buen día preceptor. Estoy acompañando a la nueva compañera —señaló la puerta—. Tiene que dejar algún papel con la secretaria.

—Así que ella es Martínez —miró su planilla—, casi lo olvido. Que bueno que la acompañe, siempre atento usted Ricci —lo felicitó con una palmada en su espalda.

Aunque era muy joven, el preceptor Leonel siempre usaba un tono formal con los chicos, mas que nada para asegurarse que lo trataran con la misma formalidad y respeto.

Kiara salió y los encontró en ese momento. Su preceptor se presentó con ella y los acompañó de vuelta al salón, entraron allí terminando con el albedrío de sus demás compañeros.

—¡Buenos días jóvenes! —impuso su voz y ellos lo saludaron a coro—. Dos anuncios para ustedes.

Esperó que tomen asiento colocando a Kiara al lado suyo frente al pizarrón

—Les presento a Kiara Martínez —puso la mano sobre el hombro de la chica—. Ella es su nueva compañera. Como todo saben cambiar de escuela es difícil, y lo es mucho mas en el último año. Así que les pido por favor que la ayuden a adaptarse y sentirse cómoda.

Kiara agradecía el gesto de su preceptor, pero le resultó imposible sentirse avergonzada. No creía que eso podría ayudar en algo.

—Busca un lugar donde sentarte. Eso sí, que no sea cerca de tu primo te lo recomiendo.

—¡Eh profe! ¿Qué está queriendo decir? —reclamó Octavio generando la risa de todos.

Mientras eso sucedía Kiara analizó en cuestión de segundos todo el salón y los lugares disponibles. A derecha, del lado de las ventanas, se encontraban todas las mujeres, no eran muchas y había lugar, pero su experiencia le dictaba que no era buena idea. En el medio no se sentaría nunca, allí se sientan los más aburridos.

Del lado izquierdo estaba su primo casi al final junto a Ulises y detrás de ellos en último estaba Elías solo con su mirada puesta en ella.

Luego miró adelante y estaba Jonathan también solo, así que rápidamente puso su mochila sobre la mesa y tomo lugar. El la miró sin entenderla, no era un lugar que alguien quisiera. Era el mas cercano al escritorio del profesor y no es que él estuviese allí por gusto, sino que lo habían sacado del fondo por culpa de sus molestos amigos.

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