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El destino es confuso, muchas veces no logramos obtener lo esperado, pero ¿acaso eso es malo?, ser una mujer solitaria era algo que a Tamika le agradaba, pero ya no quería eso, quería tener citas y usar lindos vestidos, caminar de la mano junto a un apuesto caballero que la tratara bien y con educación, pero...¿como tendría eso?.

Sakumo Hatake estaba algo perplejo y poco confiado referente a Tamika, sin embargo era una joven amable o eso había notado respecto a ella; Hiruzen por otra parte tenía un plan en mente, no le agradaría a Sakumo, pero era lo mejor para la aldea, o eso pensaba él.

-Sakumo, te seré honesto, tengo guardias vigilando a Tamika las 24 horas del día -el mayor inhalo de su pipa y retuvo el humo por unos segundos antes de soltarlo- y he notado como ella parece llevarse bien con Kakashi y contigo.

-¿Qué insinúa con eso hokage-sama?

La incomodidad comenzaba a notarse en el ambiente tan tenso y poco agradable. Tres días después de su incómoda conversación, Sakumo había regresado con el Hokage para otra reunión.

                   
-Quiero que la vigiles 24 horas, o al menos durante el tiempo que no tengas misiones, claro que ella no es un peligro, pero es mejor prevenir estas cosas, ya sabes, por el bien de la aldea.

No parecía eso, parecía que no deseaban protegerla realmente. Conforme me daba detalles respecto a su importancia, podía ver la mueca de desprecio en su rostro.

—Sakumo, quiero que Tamika viva contigo un tiempo…

Sakumo Hatake
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Fue una conversación larga e incómoda, sobre Tamika y el peligro que representaba para la aldea, pero que al mismo tiempo no podían dejarla ir porque era un arma vital para nuestra protección, Hipocresía.
                 
Salí de la oficina cerrando la puerta tras mi espalda, aún no lograba procesar toda esa información, Tamika se veía tan inocente y amable, jamás hubiera imaginado que algo así sucediera en su pasado.
                   
Olvidando los malos pensamientos, baje las escaleras en dirección a mi hogar, primero hablaría con Kakashi sobre esto, después de todo él es mi hijo y su opinión es importante, tal vez a él no le agradara.

Una vez en casa me saqué los zapatos en la entrada aun pensando en que decir, el olor a pollo frito inundó mis fosas nasales, de seguro Kakashi estaba cocinando.

Recorrí la sala a pasos lentos hasta llegar a la cocina y encontrarme a mi pequeño hijo sobre un banquillo, friendo pollo, él era sumamente independiente, a veces me sorprendía lo maduro que era, y en cierto modo me preocupaba que fuera culpa mía.
                  
Parecía no necesitarme en nada, era muy listo y eso me alegraba, su madre también lo era, nunca conocí a una mujer tan inteligente como mi esposa. Al pensar en ella mi corazón se apretaba con tristeza, teníamos tanto por vivir.
                 
-Estoy en casa -me acerqué a la mesada de la cocina, sentándome en esta,- ¿qué tal tu día?
                
-Bien -él no despegaba la vista de su sartén- ¿qué pasará con la señorita Tamika, se recuperó del ataque?

                
Era un buen momento para hablar sobre la proposición del tercero, tal vez a Kakashi no le desagrade tanto la idea, sé que le cuesta socializar con las personas pero, esta vez podríamos hacer una excepción. Además parecía llevarse bien con la Uzumaki.

                   
-Ella siempre huele a dulces -su voz interrumpió mis pensamientos- a fresas y pasteles, no me gustan los dulces, demasiada azúcar.

                   
-Recuerdo que tu madre solía preparar pasteles deliciosos -trate de cambiar de tema- a pesar de que yo no era muy fan de los dulces, pero comer lo que ella preparaba, alegraba mi corazón.

|| Familia || Sakumo HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora