𝙇𝙖 𝙥𝙞𝙫𝙤𝙞𝙣𝙚

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La peonia

—Gracias querido, han quedado hermosas -sonrió, observando los arreglos sobre la mesa de trabajo.

Jeonghan y Seungkwan realmente habían hecho un espléndido trabajo, y Jeonghan jamás reconocería que probablemente se debía a la anterior presencia de Seungcheol. De solo recordar como sus labios se rozaron, apunto de besarse, una sensación desconocida recorrió su columna, trayéndolo de vuelta al presente.

—No hay nada que agradecer, señora Choi. De verdad me complace saber que fueron de su agrado —Jeonghan esbozó una sonrisa de vuelta, asintiendo cortésmente a la hermosa mujer frente a él, quien tenía un porte elegante y una presencia electrificante e interesante.

—Yuna, avisa al staff que ya pueden recoger los arreglos -indicó la dama de cabellos negros a la chica rubia a su derecha.

—Por su puesto, tía —acatando la indicación, salió disparada de la habitación. Pocos segundos después, un grupo de cinco hombres entraron y cargaron una parte de los arreglos, llevándolos al salón principal, repleto de mesas.

Jeonghan no lo admitiría en voz alta, pero realmente le habría encantado ver aunque sea de lejos, la estética de ese salón. Imaginaba que era lujoso y extravagante.

—Oh, y esto es un pequeño presente para usted. Casi lo olvido. Disfrute de su velada —felicitó el pelinegro, acercándole un ramillete de peonias blancas, decorado con papel y un lazo del mismo color.

—Son preciosas, muchas gracias, Jeonghan —las manos de la señora Choi sostuvieron el ramillete con sumo cuidado y sus ojos brillaban dulcemente. Aquella era una de las razones por las que le encantaban las flores- No tengo las palabras suficientes para agradecerte, de verdad.

—Descuide, con observar su sonrisa me es suficiente. Las peonias blancas simbolizan abundancia, riqueza, buena suerte, elegancia y prosperidad. Espero haber decidido bien.

—No tenías que hacerlo, te lo agradezco mucho, cariño. Me han encantado, en verdad —la sonrisa de la fémina se hacía más grande cada vez, lo que emocionaba al pelilargo.

—Ha sido un placer, si algún día me necesita, ya sabe dónde encontrarme. De nuevo, felicidades, señora Choi —contestó Jeonghan mientras le sonreía lleno de alegría. Nunca se equivocaba con su elección de flores, de eso estaba seguro.

Choi Jiwon se despidió de él, dejándolo solo en la habitación. Seungkwan llevaba unos cuantos minutos desaparecido, según él, con la excusa de buscar un baño.

"Seungkwan, te estoy esperando, ya vámonos." Envió un mensaje a su amigo, esperando que no se hubiera metido en problemas de nuevo.

—¿Yoon?

Jeonghan se giró, observando de nuevo a Yuna frente a él— La señora Choi me ha pedido que aún no se retire, por favor. Espéreme unos segundos.

—Oh, claro. Esperaré en la entrada lateral, si le parece bien.

—Excelente, si. Gracias, ya vuelvo.

La chica se retiró y Jeonghan terminó de guardar un par de cosas en una gran caja de carga. Era lo último que necesitaba empacar. Sacó su celular de su bolsillo, esperando que Seungkwan respondiera sus mensajes, cosa que no sucedió. ¿Dónde se había metido?

Optó por no inmiscuirse en los asuntos de su amigo, y cargó la pesada caja hasta la puerta por donde entraba y salía el staff del evento.

—¡Jeonghan-ah! —Jeonghan alzó la mirada, sorprendido de observar al alfa a unos metros de él.

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⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

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Cute florist | Jeongcheol #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora