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Después de la visita de Rosé, Lisa se sintió un poco más tranquila sabiendo que tenía personas que la cuidaban. Sin embargo, sabía que la corrupción en la prisión era un peligro constante. Cada noche, cerraba los ojos con miedo de no despertar al día siguiente.

Los pasos resonaban en el pasillo, Dahyun, se acercó a la celda de Lisa con una bandeja de comida y agua.

- Aquí tienes, idiota - dijo Dahyun con desdén.

Lisa se levantó esperanzada, llevaba un día sin comer, cualquier cosa que le dieran ella la aceptaría sin quejas... pero Dahyun sonrió maliciosa y lanzó la bandeja al piso.

- No te mereces comida decente - escupió Dahyun.

Lisa se enfrentó a Dahyun, sin dejar que la humillara. Estaba harta de los comportamientos de esas policías corruptas y del grupo de Momo.

- Eres una vergüenza para la policía - dijo Lisa con firmeza -. Utilizas tu poder para acosar a los débiles y cometer miles de crímenes.

Dahyun se enfureció. - ¡Cállate, estúpida! - gritó, levantando la mano para golpear a Lisa.

Pero justo cuando iba a golpearla, una voz firme intervino.

- ¡Dahyun, detente! - dijo Sana, había llegado justo a tiempo.

Sana se interpuso entre Dahyun y Lisa.

- ¿Qué está pasando aquí? - preguntó Sana, mirando a Dahyun con desaprobación. No era como que ellas se llevarán muy bien y eso se sabía.

Dahyun se calmó, pero su mirada aún estaba llena de odio.

- Nada, Sana. Solo estaba disciplinando a Lalisa - dijo Dahyun, intentando justificar su comportamiento.

Sana obvio no se creyó la excusa.

- No es tu trabajo disciplinarla de esa manera - dijo Sana.

- Eso no es de tu incumbencia, Sana, es mejor que ya no te metas conmigo.- Dahyun salió furiosa del cuarto de aislamiento.

Lisa se sintió agradecida por la intervención de Sana.
Otra golpiza para Lisa sería la pérdida, aún no se recuperaba de la anterior.

- Gracias - dijo Lisa, mirando a Sana.
Sana sonrió.- No hay problema. Estoy aquí para proteger y servir, no para acosar.

...

Mientras tanto, Lia seguía fingiendo ser una reclusa común, pero en realidad estaba investigando a Momo y su grupo. Quería descubrir qué tipo de actividades ilícitas estaban involucradas, y no solo ellas sino también las policías y el director.

Un día, mientras caminaba por el pasillo, Lia escuchó una conversación sospechosa entre Momo y Dahyun. Estaban en una esquina oscura, hablando en voz baja.

-Necesitamos venderla pronto, antes de que alguien más se entere -dijo Momo, con una sonrisa cruel.

-Estoy trabajando en eso -respondió Dahyun-. Tengo un comprador interesado, pero quiere verla primero.

Lia se acercó un poco más, intentando escuchar mejor.

-¿Quién es el comprador? -preguntó Momo.

-Alguien que paga bien -dijo Dahyun, con una risa-. No te preocupes, tú solo asegúrate de que esté lista para la venta.

Momo asintió.- Bien pero si este negocio será solo tuyo y mío necesitamos a alguien más que nos ayude a llevarla con el comprador...

Reclusas | Jenchaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora